PERUANOS, CONSTRUYAMOS UNA SOCIEDAD MAS JUSTA, AFIANZANDO LA ETICA PÚBLICA Y LA TRANSPARENCIA
Secretos para impulsar el desarrollo del país
¡BASTA DE CORRUPCIÓN EN PERÚ!
SEGÚN LA CONTRALORIA, SOLO EL 8% SE PUEDE CONTROLAR MIENTRAS QUE EL 92% QUEDA AL LIBRE ALBEDRÍO
¡EN PERÚ: S/. 10 MIL MILLONES AL AÑO PERDIDOS POR CORRUPCIÓN!
¡DURANTE ESTOS ÚLTIMOS 20 AÑOS DE GOBIERNO, MAS DE S/.200 MIL MILLONES DE
SOLES
DEJAMOS DE INVERTIR LOS PERUANOS!
¿CUANTO PERJUICIO REPRESENTA AQUELLO?
“La ética lleva consigo elementos que los ciudadanos
comparten, sea cual sea su creencia religiosa, su relación familiar, su
profesión, su oficio; elementos comunes que ayudan a la sociedad a vivir en
armonía conforme a principios de justicia, libertad, igualdad y solidaridad a
fin de hacer más satisfactoria la convivencia humana”.
Por: Florencio Bernabé Gonzales
CONTENIDO
I. Introducción
II. Analizando
nuestras frustraciones
2.1. El
flagelo de la corrupción
2.2. ¿por qué el Perú está en
último lugar a nivel educativo?
2.3.
Desigual distribución de la riqueza
2.4. El
deterioro ambiental
III. Alternativas
de solución
3.1. La ética pública
3.2. El valor de la transparencia
3.3. La rendición de cuentas
IV. Conclusiones
V. Marco
legal
vi. Referencias
I. INTRODUCCIÓN
Un
país es desarrollado porque cuenta con una sociedad más justa, donde las leyes
se cumplan por igual para todos y ello se logra solo con buenos ciudadanos, con
buen gobierno y, un buen gobierno debe manifestar la transparencia, la ética
pública y una rendición de cuentas oportuna, clara y precisa; valores éticos estrechamente
ligadas que permite construir una cultura del servicio público. Bajo estos
criterios lograremos reestructurar nuestras reglas de convivencia, impulsando
una educación de calidad, con una administración de justicia más humana, la
distribución de la riqueza equitativa y vivir en un ambiente saludable. Tenemos
que orientar el mayor esfuerzo en educar y capacitar al ciudadano, desde aquel
que se desempeña como autoridad nacional, regional y local, juez, fiscal,
maestro, policía y el último servidor en la estructura administrativa. Estamos
hastiados repetir que Perú es rico en recursos naturales, pero adolecemos de
justicia, la corrupción carcome nuestra sociedad, nuestro sistema democrático
peligra, los gobernantes de turno no cumplen lo que prometen, defraudan,
nuestro medioambiente cada vez contaminado, para todo ello solo la persona
humana tiene la capacidad de revertir y enrumbar hacia el desarrollo sustentable
y sostenido. Aquí esbozamos esas pautas, luego de un pequeño análisis de
nuestra actual realidad como país.
II. ANALIZANDO NUESTRAS FRUSTRACIONES
2.1.
EL FLAGELO DE LA CORRUPCIÓN
Como lo define Alfonso Quiroz, la corrupción es el
mal uso del poder político burocrático por parte de camarillas de funcionarios
coludidos con mezquinos intereses privados para obtener ventajas económicas o
políticas contrarias a las metas del desarrollo social mediante la malversación
o el desvío de recursos públicos y la distorsión de las políticas e
instituciones. Es decir, corrupción es el abuso de los recursos públicos para
beneficiar a unas cuantas personas o grupos, involucra explícitamente el poder
y la política, al sector público y al privado y su efecto en políticas,
instituciones y en el progreso del país.
A lo largo de nuestra historia, en lugar de ir
construyendo un Estado republicano con leyes y marcos normativos adecuados, con
funcionarios que hacen cumplir la ley y con ciudadanos que van aprendiendo a
sentirse parte de una sociedad incluyente que los considera, a diferencia de
esto, se va perfilando y consolidando un Estado sin derecho, en el que las
leyes están dadas para no ser cumplidas, y donde las formas patrimoniales del
poder se van remodelando y recreando en cada periodo de la historia. La
corrupción atenta persistentemente contra el desarrollo nacional y se pierden
importantes oportunidades para lograrlo.
El poder en el Perú viene siendo manejado por
reducidas élites, compuesta por los mismos personajes, que cada época van
cambiando de vestidos. En la elección nacional, regional o local aparecen como
parte de los grupos de poder al político chantajista, al militar y policía abusivo
y prepotente, al funcionario público ineficiente y oportunista y al empresario
interesado en los negocios de plata fácil, lista para hacer fortunas rápidas a
cualquier costo. Estos actores son un grupito de beneficiados movidos por el
corto plazo y por el inmediatismo en la acción. Se trata de una élite que no
piensa en el futuro, en el país que está conduciendo, no es líder.
2.2.
¿POR QUÉ EL PERÚ ESTÁ EN ÚLTIMO LUGAR A NIVEL
EDUCATIVO?
Admiramos la educación que imparten los que ocupan los
primeros puestos en la prueba del Programa de Evaluación Internacional de
estudiantes, más conocido como PISA, que analiza el nivel educativo de países
del mundo. Los informes se emiten cada 3 años, elaborado a partir de pruebas de matemáticas, lengua y ciencias.
La prueba mide lo que los estudiantes saben y pueden hacer con sus
conocimientos.
El primer puesto lo ocupa
Shanghái, la principal ciudad de China, con 613 puntos, 119
puntos por encima del promedio de conocimiento que fija PISA, de 494 puntos.
En segundo lugar se sitúa Singapur (573 puntos),
seguido de Hong Kong (561), Taipéi (560), Corea del Sur (554), Macao (538) y
Japón (536). Completan la nómina de los diez primeros Liechtenstein (535),
Suiza (531) y Holanda (523). El Perú ocupa el último lugar en
comprensión de lectura, matemática y ciencias, de un grupo de países de América
Latina.
"Todos los gobiernos no han sabido qué hacer con
el desarrollo de la economía, ni saben qué tipo de economía necesita el país y,
por ende, no saben qué tipo de educación aplicar".
El Perú es un país multicultural y
diverso, con una visión de desarrollo distinto a cualquier otro, donde
aparentemente la opinión de la “mayoría es escuchada y de la minoría callada”, el
sistema “democrático” inapropiado y los sistemas de administrar, legislar,
justicia, educación, salud, administración de personal, jubilación y control deficientes,
propensos a la corrupción; una población con un crecimiento desordenado y sin
planificación estratégica, ocasionando fuertes problemas de distribución de
riqueza. Los datos de los años 1960 al 2017 nos indican que la población
peruana se triplico a 32 061 807 (50.1% masculina, 49.9% femenina) esto
significa que necesitamos más medios de supervivencia y reordenar nuestras
reglas de convivencia.
Recordemos, existen dos grandes
corrientes de pensamiento económico casi olvidadas por los economistas
modernos. Una de ellas es la de Thomas Malthus, quien sostiene que la población
humana crece en progresión geométrica de 2, 4, 8, 16,32; mientras que los
medios de subsistencia lo hacen aritméticamente 1, 2, 3, 4, 5, 6.
La otra es la de los fisiócratas
Quesnay y Turgot, quienes señalan que la única riqueza válida es la que produce la tierra. La crisis que se vive hoy nos demuestra que no estaban tan
equivocados, pues nos damos cuenta que la salida de la crisis, no es
necesariamente por donde todos queremos verla, es hora de entender que el desarrollo no solo es el crecimiento económico demostrado en números, sino más bien es un
desarrollo integral y sostenible, en donde el ser humano es más humano y vive
en armonía con su entorno.
2.3.
EL
DETERIORO AMBIENTAL
Un día la población no tendrá recursos suficientes para subsistir y desaparecerá, una situación que aún no ocurrió,
puesto que la tecnología permitió producir alimentos en mayor cantidad
afectando el equilibrio ecológico, cuyas consecuencias están a la vista, no
podemos negar la perdida de suelos fértiles a causa del cambio climático por la
contaminación. La contaminación de los ríos y mares, la deforestación de
bosques, el uso de la química y sus consecuencias para el tratamiento de la
tierra. La revolución industrial creó mucha riqueza independiente de la
agricultura.
La crisis económica de hoy no es sólo
un problema financiero y bancario, sino una defensa de la naturaleza contra
un nivel de consumo insostenible. Sin lugar a dudas, todo esto llevaría a una
gran reflexión sobre la manera de superar el crecimiento poblacional a través
de la planificación por parte del estado y la sociedad civil, para que más
adelante se reduzcan los conflictos sociales y lograr una distribución de
riqueza equitativa; asimismo, que las necesidades básicas estén satisfechas en
todos los ámbitos. Hoy existe alimento suficiente para alimentar a toda la
población mundial; el factor de lucha es la desigualdad de acceso de la población
a los mismos”. Entonces llegamos a concluir que no existe exceso de población,
sino una distribución desigual de los recursos entre los habitantes.
III.
ALTERNATIVAS
DE SOLUCIÓN
Como una de las propuestas de solución, hay que
promocionar la ética en el servicio público que está estrechamente vinculada
con la transparencia, la cual debería actuar como elemento revelador del buen
funcionamiento del Estado, promoviendo el comportamiento responsable de los
servidores públicos. En este sentido, la ética pública adquiere dimensiones
relevantes al construir una cultura de servicio público, haciendo de la
transparencia una herramienta esencial en dicho proceso. No es posible hoy
hablar de un gobierno transparente sin requerir una rendición de cuentas clara
y precisa por parte de quienes laboran en la gestión pública.
3.1.
LA ÉTICA PÚBLICA
La ética, la
moral o las buenas costumbres proyectan al ser humano hacia una finalidad,
dándole a su vida sentido y calidad. Por lo tanto, las normas a las que hace
referencia la ética apuntan a su valor fundamental: lo bueno y lo justo, cuando se
aplicada a la función pública es de vital importancia porque tiene como eje
central la idea de servicio, es decir, las tareas y actividades que realizan
los funcionarios públicos están orientadas al bien común. La ética de la
función pública, es un factor vital para la creación y el mantenimiento de la
confianza en la administración y sus instituciones. Factor clave para elevar la
calidad de la administración Pública mediante la conducta honesta, eficiente,
objetiva e integra de los funcionarios en la gestión de los asuntos públicos.
Cuando la ética se aplica y se pone en práctica en el
servicio público se denomina Ética Pública,
permite al servidor público un conocimiento que lo lleva a actuar de una
determinada manera en cada situación, ofreciendo auxilio con respecto a la
elección de las diversas situaciones que son convenientes o no para la
colectividad. Establece los criterios que debe tener en cuenta todo servidor público
para llevar a cabo sus funciones con el fin de lograr un bien para la
comunidad.
Los gobiernos que
quieran ser considerados como justos deben tener individuos íntegros, y es
justamente aquí donde entra la ética al tener en sus manos la selección y
formación de servidores públicos que actúen con responsabilidad y eficiencia.
La ética permite establecer la justicia o injusticia
de las acciones humanas, elevando así la cultura política de un pueblo o
Estado. Cuando un servidor público adopta estos elementos como principios de
vida se ubica más allá del poder y no se deja llevar por los apasionamientos,
realizando buenas obras para con su comunidad.
Se debe educar en la honradez y en la probidad a todos
los ciudadanos y, en especial, a los que operan en el ámbito público, a fin de
lograr una mayor eficiencia en las operaciones de la función pública. Al mismo
tiempo se devolverá confianza a los ciudadanos, de tal modo que estos puedan
confiar en las instituciones.
La
administración publica es responsable de los servicios que brinda: salud,
educación, vivienda, transporte, alumbrado publico, alcantarillado, asistencia
social, mercados, espectáculos públicos, seguridad publica, protección civil,
parques y jardines, turismo, acciones culturales, recolección de basura, etc.
Para lo cual debe tener en cuenta los siguientes principios: continuidad,
suficiencia, rapidez, seguridad, economía, calidad, innovación, eficiencia, con
el objeto de hacer de los servicios públicos “instrumentos satisfactores de la
sociedad”. Un buen desempeño en la prestación del servicio publico, con calidad
y eficiencia, ayudara a recuperar la credibilidad y el reconocimiento perdidos
por parte de la ciudadanía.
3.2.
EL VALOR DE LA TRANSPARENCIA
La transparencia es otro
de los valores éticos que toda autoridad o servidor público deben aplicar en el
ejercicio de su función, de ahí la necesidad de detenernos en su análisis y en
su confrontación con otros conceptos tales como el derecho a la información, el
acceso a la información y la rendición de cuentas con los que la transparencia
convive y se interrelaciona diariamente en la labor pública.
La transparencia en
el gobierno, además de un valor, es un mecanismo fundamental de exigibilidad
pública y de responsabilidad para con la sociedad.
Por consiguiente, se
puede afirmar que la transparencia es un atributo o cualidad que permite tener
más información clara y precisa sobre una persona o algo, lo que redundaría en
el aumento de nuestras capacidades de comprensión, vigilancia y comunicación,
quiere decir, que la transparencia facilita el acto comunicativo y una relación
más comprensiva entre los seres humanos, al tiempo que permite ejercer
vigilancia. Si se concibe la transparencia como una política pública, se
extiende su zona de influencia hacia los organismos gubernamentales en los que se
manifestaría como un conjunto de decisiones y acciones del gobierno que
tendrían por objeto dar a los ciudadanos (y a los propios funcionarios)
información clara, precisa, accesible y abundante sobre diferentes dimensiones
del desempeño gubernamental, de este modo, público y gobierno salen
beneficiados porque al hacer pública la información se promueve un mecanismo de
rendición de cuentas con lo que es posible determinar los errores, prevenirlos
o corregirlos.
Si bien es cierto
que la transparencia es un derecho ciudadano, democrático por excelencia, no es
una «condición natural» de las organizaciones gubernamentales. Es algo que se
tiene que elaborar, construir, implementar a largo plazo y que debe atender a
diversos objetivos en relación a las instituciones estatales: legales,
reglamentarios, políticos, organizacionales, educativos y culturales. La
transparencia se ha vuelto necesaria para el ejercicio de un buen gobierno -en
el cual exista disposición y clasificación adecuada, actualización, calidad, claridad
y utilidad de la información- que se encuentra sujeto a la vigilancia y al
escrutinio de la sociedad en su conjunto.
En el ámbito del
derecho a la información, la transparencia es la obligación que tienen los
servidores públicos para proporcionar a toda persona interesada en los actos
del gobierno, de manera clara y expedita, la información que se deriva de las
funciones que desempeñan.
De ahí que la
transparencia sea el eje fundamental de la democracia. Su exigencia en el mundo
contemporáneo tiene raíces profundas en el espíritu humano dado que desde
tiempos inmemoriales la búsqueda de la verdad aparece como una urgencia del ser
humano, sólo que en este caso se aplica a los asuntos de interés público.
3.3.
LA RENDICIÓN DE CUENTAS
El término rendición
de cuentas, está muy vinculado con la idea de controlar al poder, de prevenir y
evitar sus abusos, de limitarlo a ciertas normas y reglas de conducta.
Así como un empleado rinde cuentas a su jefe, la
autoridad pública rinde cuentas a la comunidad, es decir que un buen gobierno
rinde cuentas explicando sus acciones.
Rendición de cuentas
encierra dos dimensiones básicas. «Incluye, por un lado, la obligación de
políticos y funcionarios de informar sobre sus decisiones y de justificarlas en
público. Por otro, incluye la capacidad de sancionar a políticos y funcionarios
en caso de que hayan violado sus deberes públicos». Los gobernantes deben estar
abiertos a la inspección pública, deben poder explicar y justificar sus actos,
y si incurren en faltas o ilegalidades, deben sujetarse a las sanciones
correspondientes. De este modo, la rendición de cuentas se transforma en un
diálogo crítico entre funcionarios y ciudadanos, es un puente de comunicación
permanente que se establece entre las autoridades y la sociedad. «Su misión
está en reducir las incertidumbres del poder, limitar sus arbitrariedades,
prevenir y remediar sus abusos, volver predecible su ejercicio, mantenerlo
dentro de ciertas normas y procedimientos preestablecidos».
La rendición de
cuentas incluye tres maneras distintas para prevenir y corregir abusos de
poder: obliga al poder a abrirse a la inspección pública; lo fuerza a explicar
y justificar sus actos, y lo supedita a la amenaza de sanciones. Es decir: vigilancia,
monitoreo, auditoria, fiscalización, penalización, coacción, castigo, entre
otros, así controlar el ejercicio del poder. De este modo, queda claro que la
rendición de cuentas es un elemento imprescindible de la democracia, dado que
se opone totalmente a cualquier régimen autoritario. Sus dos dimensiones: la
transparencia de hechos y de razones, ponen de manifiesto su aspiración en la
lucha contra la opacidad del poder.
El gobierno
democrático rinde cuentas cuando explica o justifica sus acciones a los
ciudadanos. Es transparente cuando exhibe u ofrece información sobre su
funcionamiento y es sujeto de escrutinio público. Con la rendición de cuentas
nos aseguramos que las autoridades se responsabilicen ante alguien de sus
actos. Con la transparencia exigimos a los funcionarios que actúen de acuerdo
con la ley y de modo ético. Con la rendición de cuentas el agente (es decir, el
empleado) se justifica ante su principal (es decir, el jefe), y con la
transparencia el principal puede averiguar si su agente le está mintiendo.
En un gobierno
democrático, la información es el elemento fundamental que posibilita el debate
público entre los que exigen y los que rinden cuentas. Para el servidor público
no es posible hoy hablar de un gobierno transparente sin requerir la rendición
de cuentas clara y precisa por parte de quienes laboran en la gestión pública.
Así, la rendición de cuentas se presenta como un verdadero principio de
«eficiencia administrativa».
IV.
CONCLUSIONES
La democracia
requiere que lo gubernamental sea transparente, con lo que queremos decir que
la información que debe estar a disposición de los ciudadanos es aquella que
posibilita la evaluación del desempeño real del gobierno y sus representantes,
a los que se debe exigir la rendición de cuentas para evaluar positiva o
negativamente sus acciones. Si hay transparencia, surgen rumbos alternativos,
el cuestionamiento, mayor apego a la ley y, en especial, mayor cuidado en todo
aquello que el gobierno dice y hace.
La difusión de los
actos de gobierno no es una concesión de los mismos sino, más bien, un derecho
legítimo de la sociedad de conocer y evaluar el desempeño de sus servidores
públicos, quienes manejan recursos públicos, por lo tanto, estamos hablando de
una obligación ineludible del poder político. La transparencia debe ser
respetada y reconocida por todos, debe transformarse en parte sustancial de
todo gobierno.
Es necesario
fomentar una educación de la ética pública que promueva los valores del servicio
público, la legislación pertinente, normas, códigos y mecanismos de
exigibilidad, programas continuos que creen sensibilidad hacia las cuestiones
éticas y técnicas para aplicar juicios éticos, porque un servidor público
satisfecho, competente y debidamente formado es más seguro a la hora de
resistir la corrupción, la conducta indebida y los arreglos.
V.
MARCO LEGAL
- · Constitución Política del Perú de 1993 (artículos 2, numeral 5 y 200, numeral 3).
- · Ley 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (o Decreto Supremo 043- 2003-PCM) que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley 27806).
- · Decreto Supremo 072-2003-PCM, que aprueba el Reglamento de la Ley 27806.
- · Decreto Supremo 063-2010-PCM, que aprueba la implementación del Portal de Transparencia Estándar en las entidades de la administración pública.
- · Resolución Ministerial 200-2010-PCM, que aprueba la Directiva 001-2010- PCM/SGP “Lineamientos para la implementación del Portal de Transparencia Estándar en las entidades de la administración pública”.
- · Resolución Ministerial 301-2009-PCM, que aprueban la Directiva Nº 003-2009- PCM/SGP “Lineamientos para el reporte de solicitudes de Acceso a la Información a ser remitidos a la Presidencia del Consejo de Ministros”.
VI.
REFERENCIAS
- · “Historia de la Corrupción en el Perú”.- Alfonso Quiroz
- · El servicio público como profesión: elementos para promover la Ética y la Cultura de la Legalidad en el ámbito gubernamental.- Octavio E. Arroyo Zavala
- · Ética pública y transparencia.- Hilda Naessens - Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades-Universidad Autónoma del Estado de México- Toluca-México
- · Eduardo, Guerrero Gutiérrez, Para entender la transparencia, Nostra Ediciones, China, 2008.
“La ética lleva consigo elementos que los ciudadanos comparten, sea cual sea su creencia religiosa, su relación familiar, su profesión, su oficio; elementos comunes que ayudan a la sociedad a vivir en armonía conforme a principios de justicia, libertad, igualdad y solidaridad a fin de hacer más satisfactoria la convivencia humana”.
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