FBI, FIFA, CONMEBOL, FUTBOL y corrupción
Muchas preguntas sin respuestas
Sergio Rodríguez Gelfenstein
Lo dijo la fiscal general de Estados Unidos, Loretta E. Lynch, y el FBI
lo confirmó: la FIFA es corrupta. Tan pronto como algunos secuaces que habían
callado por décadas comenzaran a hablar, se desataran todos los demonios, la
noticia hizo las delicias de los medios de comunicación, sobre todo de las grandes
cadenas trasnacionales como si ellas no fueran cómplices de todo lo que se
había descubierto o estaba por descubrirse. Los periodistas deportivos
competían para ver quién sabía más, quien tenía más información del escándalo
“más grande en la historia del futbol”.
Después de haberse burlado y tras vilipendiar una y otra vez a Romario,
Chilavert y Maradona entre otros, algunos tristes repetidores de falsas
verdades, -que además lo hacen por oficio- tuvieron que aceptar que estos
habían tenido razón cuando -desde hace años- venían denunciando malos manejos y
corrupción en la conducción del futbol mundial.
En primera instancia, cayeron algunos peces menores, mientras Blatter
trataba de escabullirse tras una nueva “elección democrática” que lo designaba
presidente de la magna institución futbolística mundial por un período más.
Algún día, se sabrá cuánto costó cada uno de esos votos que condujo a este
nuevo nombramiento de Joseph Blatter el pasado 29 de mayo, pero ese no es el
tema más importante ahora. En el contexto, el FBI no estaba dispuesto a
cruzarse de brazos, siguieron apareciendo pruebas y la renuncia del presidente
de la FIFA fue imposible de evitar. Claro, a pesar de la flagrancia tendrá un
tiempo en la dirección de la organización para entregar “cuentas claras” o,
para ocultar las oscuras, dependiendo del punto de vista que se quiera ver. En
este caso, pareciera que la máxima jurídica que dice que “todos son inocentes
hasta que se demuestre lo contrario”, opera al revés: podríamos decir “todos
son culpables hasta que se demuestre lo contrario”.
Mientras tanto, el paso de las horas conducía al surgimiento de algunas
interrogantes que comenzaron a flotar en el ambiente cuando las aguas parecían
aquietarse. Algunas de ellas: ¿Qué tiene que ver el FBI con un delito que
técnicamente se cometió en Suiza? ¿Por qué hubo tanta celeridad en las
detenciones iniciales tras un pedido en ese sentido de las autoridades de
Estados Unidos? ¿Por qué Estados Unidos esperó hasta horas antes del inicio del
Congreso de la FIFA para dar el gran golpe? Estas y otras preguntas dieron paso
a una segunda etapa de debates en la que se tenía mucho cuidado de no vincular
deporte con política, como si ello fuera posible.
Tal suposición entraña un falso pensamiento que pretende ocultar o, al
menos impedir ver, el trasfondo de este escándalo que mancilla el espíritu
original del deporte como actividad humana de paz y confraternidad, el espíritu
olímpico que proyectó el Barón Pierre de Coubertin, inspirador y creador de la
estructura moderna del deporte. Por supuesto, no vale comparación, entre aquel
que pretendía competir por amor a un país o a una camiseta, y hoy, cuando el
deporte es una industria, un excelente negocio que atrae multitudes, y que
ocupa el tiempo de diversión de miles de millones de ciudadanos a lo largo y
ancho del planeta, en tanto un pequeño grupo oculto en las sombras obtiene
pingües ganancias que se soportan en el esfuerzo, la dedicación, el sudor y la
entrega de los atletas y de miles de entrenadores que en comunidades, barrios y
escuelas aportan su sabiduría y conocimientos para que los niños y los jóvenes
se desarrollen plenamente desde el punto de vista físico y espiritual.
Lo que no se dice es que la FIFA es parte de la podredumbre de un
sistema económico que trasforma a los atletas en mercancía. ¿En qué se
diferencia un deportista profesional de un carro o un mueble? En nada. Todos
ellos son objetos de transacción, se pueden vender, comprar, trasladar sin que
nadie les pregunte su aceptación o no. Al contrario, entrevistados después de
un cambio, los deportistas suelen decir: “esto es un negocio y debo estar
preparado para ello”. Estamos ante un moderno tráfico de personas, esta vez
legal. Detrás de la súper estrella que nos muestran como imagen del éxito, hay
centenares, miles de jóvenes frustrados, amargados y aniquilados por la vida,
por no haber podido llegar. Lo que impera es una lógica de mercado en una
economía capitalista en la que la corrupción es parte de ella, es inherente a
la misma.
¿Quién puede imaginar que la FIFA es diferente de otras instituciones
del sistema? ¿Por qué el FBI y el sistema judicial estadounidense no ordena una
investigación del Fondo Monetario Internacional, cuyos últimos tres directores
generales, Rodrigo Rato, Dominique Strauss-Kahn y Christine Lagarde han sido
investigados por actos de corrupción, pasando incluso por prisión, los dos
primeros? ¿Qué paso en 1982 cuando el gobierno de Estados Unidos ordenó la
operación Greenback para seguirle la pista al dinero del narcotráfico que fluía
por su sistema financiero? El entonces zar anti drogas, jefe de la DEA, George
Bush, decidió suspender abruptamente las investigaciones sin dar explicación
alguna, seguramente cuando descubrió las poderosas redes del tráfico de
estupefacientes que vinculaba a altas personalidades de la política y la
sociedad de su país, tal como ha ocurrido más recientemente en Colombia,
Afganistán y México, tres poderosos aliados de la potencia norteamericana. O,
¿por qué el FBI no investiga las redes de corrupción y negocios del Vaticano
que el propio Papa Francisco ha denunciado y que están documentadas en cientos
de miles de páginas de pesquisas realizadas por prestigiados y valientes
periodistas de varios países del mundo? Finanzas, droga y manipulación de la fe:
tres poderosas armas, que –junto al deporte- soportan la estructura de poder y
control del planeta por parte de las grandes trasnacionales.
Alguien podría preguntarse si las fallidas ambiciones estadounidense y
británica de organizar los mundiales de 2018 y 2022, que finalmente
favorecieron a Rusia y Catar, no están detrás de esta investigación y el
momento que se da a conocer el delito. El multi millonario negocio que
significa hoy el futbol mundial es claramente ambicionado por velados intereses
transnacionales. Nunca nadie se preocupó que Catar, además de intentar
organizar el mundial, establece y financia día a día al terrorismo
internacional que asesina a miles de inocentes en Siria e Irak, donde por
cierto, tiene una relación carnal con la monarquía jordana, uno de cuyos
príncipes intenta hacerse con la jefatura de la FIFA. Mucho menos, se menciona
que la máxima organización del futbol mundial ha guardado vergonzoso silencio
respecto de la violación de derechos laborales y humanos y la muerte diaria de
decenas de trabajadores de países pobres contratados casi en condiciones de
esclavitud para construir las instalaciones del evento para el año 2022.
Se dice por otro lado, que esta acción, está encaminada a quitarle a
Rusia -como parte de las sanciones de Occidente a ese país- la organización del
mundial de 2018. Pero, resulta difícil de poner en el mismo plano a dos Estados
tan distintos como Rusia y Catar. El problema es mucho más profundo que ese. En
cualquier caso, si impidieran que Rusia organizara la próxima magna cita
mundial del futbol, el espíritu y la esencia corrupta de la FIFA y de todo el
entramado de este deporte profesional en el planeta no habrá cambiado, mientras
el deporte se siga estructurando sobre las leyes de la oferta y la demanda y
mientras siga produciendo las multimillonarias ganancias que genera.
Al final, todo gira en torno a Estados Unidos: la investigación del FBI
se inició tras la información entregada por Chuck Hagel, estadounidense, ex
secretario general de la Confederación de América del Norte, América Central y
el Caribe de Fútbol (Concacaf) entre 1990 y 2011, miembro del Comité Ejecutivo
de la FIFA entre 1997 y 2013. Ahora, la poderosa cadena de televisión deportiva
de ese país ha anunciado que el presidente de la asociación de futbol de
Estados Unidos sería un buen candidato para sustituir a Blatter, ¿Será que
dejaremos de jugar futbol y nos dedicaremos al soccer?
Finalizo con un recuerdo y una última pregunta. Nunca hablé con el Sr.
Esquivel, ex presidente de la Federación Venezolana de Futbol (FVF), ahora
preso por supuesta corrupción en Ginebra, sin embargo en el año 2008, coincidí
con él en una sala de la vicepresidencia de la República mientras él esperaba
para hablar con Jorge Rodríguez quien en ese momento ostentaba tal
responsabilidad y había sido encargado por el Comandante Chávez por parte del
gobierno para la organización de la Copa América 2008. No tengo ningún elemento
para emitir una acusación contra Esquivel, pero la conversación que sostenía
con sus adláteres trasuntaba enrevesados elementos de negociación con el
gobierno, que apuntaban a un ser repugnante. Al parecer el gobierno de
Venezuela y los órganos de investigación judicial del país ya iniciaron una
investigación de la FVF. Ojalá se sepa que pasó con los miles de millones de
bolívares que se destinaron a ese efecto. Pero, me pregunto que si en ese
momento el gobierno venezolano hubiera detectado irregularidades y las hubiera
denunciado, ¿Cuál habría sido la reacción de las grandes trasnacionales
mediáticas? No tengo la menor duda que habrían salido en defensa de Esquivel y
con toda seguridad, Chávez hubiera sido puesto en el pabellón de los
sentenciados junto a los hoy reivindicados Romario, Chilavert y Maradona.
Ex miembro FIFA pagó US$1 millón a altos mandos de la Conmebol
Ex trabajador de la FIFA, llamado ‘Confidente X’, detalló pago de sobornos por 1 millón de dólares a directivos de Conmebol
Conmebol:
revelan AUDIO
de Julio Grondona
en mafia de árbitros
A Grondona se le escucha conversando con Abel Gnecco, representante de Argentina de la comisión de árbitros de Conmebol, en la cual se dejó entrever la designación de Carlos Amarilla para favorecer a Boca Juniors que jugó ante Corinthians de Paolo Guerrero por los octavos de final de la Copa Libertadores 2013.
La evidencia que sustenta la sospecha es el contenido de la conversación y los hechos. En el primer partido Boca venció a Corinthians 1-0, en la vuela empataron 1-1 y Amarilla le anuló dos goles al cuadro de Brasil: uno mal anulado y el otro polémico. En el audio también se hace referencia a Carlos Alarcón presidente de la comisión de árbitros de la Conmebol.
El extracto de la conversación:
Grondona: Salió bien al final, no lo quería nadie a este loco de mie… y jugó el refuerzo más grande que tuvo Boca en el último año... Fue (Carlos) Amarilla.
Gnecco: Y sí, ahí hablé pero bueno, qué sé yo, con Alarcón estuve hablando que Alarcón me dice a mí que este año es medio, es nuevo, qué sé yo, que hay que tener... y bueno entonces hacemos una cosa (se escucha) ¿lo quieren ahí en Argentina a Amarilla? Mirá, si no lo quieren no sé, lo quiero yo y ponelo y déjame de hinchar las pelotas, a Alarcón, poneme a Amarilla y dejame de joder. Bueno, así fue, lo puso y bueno, y salió bien porque bueno, tiene que ser así...
Los audios fueron revelados por el programa de televisión ‘La Cornisa’ que se transmite en América TV de Argentina.
Goles anulados y decisiones polémicas de Carlos Amarilla en el Boca-Corinthians:
Grondona, ex vicepresidente senior de la FIFA, en las diversas escuchas telefónicas conviene con sus interlocutores la designación de árbitros, la programación de partidos discrecionales con argumentos falsos y hasta un intento de incentivación.
En esta investigación también aparece Alejandro Burzaco, máximo responsable de la empresa Torneos, que está cumpliendo arresto domiciliario en la ciudad italiana de Villa Anina al ser uno de los tres empresarios involucrados en las denuncias de la justicia estadounidense contra altos directivos de la FIFA y la Confederación Sudamericana (Conmebol).
Fuente: EFE
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