NOSTALGIAS
ANDINAS
Noches
bohemias y carnavales de mi tierra
(*)Florencio
Bernabé Gonzales
10/02/13
1.
BOHEMIOS POR NATURALEZA
2.
LA MUSICA BROTA POR LOS POROS
3.
SERENATAS DE MI PUEBLO
4.
MELODIAS QUE LLEGAN AL ALMA
5.
ORIGEN DE LOS CARNAVALES Y LA CULTURA
ANDINA
6.
CARNAVALES EN LA CORDILLERA HUAYHUASH
7.
COLOFON
8.
BIBLIOGRAFIA
1.
BOHEMIOS
POR NATURALEZA
“PARIENTANA ROKOALISO”
Parientana
rokoaliso
Imatami
kuyturanki…
Manami nogha
kuyturasu
Suegrowan, suegra
rimamaptin…
Entonando estos versos, cuya autoría se atribuye a Celso Huaranga Basilio, quien acostumbraba
dedicar a su suegro el famoso “Matipablo”
cada vez que se echaba unos tragos. La última vez, durante la fiesta patronal
del 24 de agosto, un grupo de pacllinos, trotamundos, tarareaban al compas de la banda de músicos y la orquesta
apostadas en cada esquina de la plaza del pueblo, cuando chicos y grandes,
hombres y mujeres bailan hasta la saciedad
el día de la “pinkichida”, tragos van y tragos vienen a discreción, es
el jolgorio del pueblo, embriagados de emoción momentáneamente se olvidan de
mil problemas cotidianos.
Algunos quizás retornaron sólo por estas fechas, otros periódicamente
por que todavía cuentan con familiares directos a quien visitar, muchos
retornan sólo atraídos por esa fuerza natural de la patria chica, aunque no cuentan con familiares directos, los
viejos solares de los padres, ya son ocupados por otras gentes, pero no
importa, es tonificante retornar a la querencia. Con justificada razón solía decir mi padre Virginio
Bernabé Gamarra, “todos volvemos a
nuestra querencia, tarde o temprano, sólo es cuestión de tiempo”.
Muchos pacllinos emigraron buscando otros
horizontes, hoy algunos son hombres y mujeres exitosos, retornan ávidos de
recorrer sus calles, mezclarse con su gente, aspirar el aire puro y la
naturaleza prodigiosa de este pedacito
de suelo andino enclavada en las entrañas de la hermosa Cordillera Huayhuash,
debajo del Yerupajá y bebiendo las aguas que descienden del Jahuacocha.
Por nuestra descendencia andina, somos
influenciados con facilidad por la magia de la música autóctona,
particularmente de esta parte de la provincia, que tiene una marcada
particularidad, mezcla de huaracina y cajatambina, ambas regiones influenciadas
a su vez por la belleza de sus paisajes
y su indómita naturaleza.
Retornar y recorrer sus calles…, ”cual paria que vuelvo a la tierra que me vio nacer, aspiro con ansia la fragancia de sus flores y campos,
hoy vuelve mis pasos recorrer tus calles, caminito de mis amores, aspiro con ansía el polvo de tus caminos….”, recuerdan
letras de una canción que reverdecen la memoria como sus campos de maizales y
trigales de Wanka, Waychiquin, Puya, Sicla y Tackra.
2.
LA
MUSICA BROTA POR LOS POROS
Guitarristas como Eloy Duran, Celestino
Carrera, Rodil Padilla, el Profe Esli Duran, Emeterio Santos, Maximiliano
Santos, Bonifacio Rivas “Unicho”, Máximo
Flores, Teofanes Esteban, Abdel Duran, Fidel Convercio, Efraín Convercio, Celso
Huaranga Basilio padre de los hermanos también guitarristas : Celso, Abraham y
Elber, Abraham Caqui, jóvenes revelaciones como Joel Rivas y otros excelentes músicos, compositores y ejecutores
con este instrumento como el profesor Luis Mendoza, también se cuentan que fueron famosos Abelardo Duran, Teodomiro Mendoza
“Chuchuya”, Fausto Mendoza, Epifanio
Esteban “Iticho”, Alejandro Dámaso
“Alicho” y tantos otros que aún se mantienen
viva sus tonadas. Recuerdan que el guitarrista
Lucio Caqui acudió a Cajatambo
representando a Pacllón en un concurso y
se coronó superando incluso a los propios lugareños, tocando su guitarra al
estilo cajatambino.
Con la mandolina, no había quien lo superara a
Teobaldo Rivas y José Santos, y hoy Roosevelt Santos maestro con la mandolina, hijo de José Santos quien radica en Canadá, a
su vez dirige “Yerupajá Andean” y “Sillustane Canadá”, ambas de mucha trayectoria cultivando música
latinoamericana entre EEUU, Canadá y Europa.
Entre los violinistas podemos mencionar al legendario Gelasio Rivas
que emigró a Caujul y allí formo “Albor Andino de Caujul”, Emeterio Avalos, Su
hijo Solano Avalos que aún deleita con su música, Saturnino Albornoz era el
único que estaba presente tocando los responsos en los funerales y en la
iglesia del pueblo, sus hijos Ciro Albornoz y Daniel Albornoz ya fallecidos, y Hermenegildo Ibarra que aún vive, los
ejecutores de este instrumento al parecer ya no tienen seguidores.
Trompetistas como Javier V. Bernabé uno de los
primeros que introdujo la trompeta con sordina en las orquestas de cuerda, invitado
por Gelasio Rivas se incorporo a “Albor Andino de Caujul”, para lo cual se
tuvieron que trasladar a Caujul por dos años,
Javier Virino Bernabé, Marcial Gonzales, Serafín Bernabé y Hermenegildo Ibarra, luego el hijo de Gelasio
Rivas Hernán Rivas remplazaría a Javier Virino. Así tenemos también como
trompetistas a Dimas Albornoz, Armando Bernabé,
los hermanos Esteban, Guillermo y Obaldino, Nicolás Mendoza virtuoso
también con el clarinete y otros instrumentos, así hay varios jóvenes que
siguen los pasos de los iniciadores con este instrumento.
Con el arpa, sobresalieron Santiago Rivas, Mario
Rivas, César Ibarra, Venturo Padilla, el único arpista que interpretaba la danza del diablito, Marcial Gonzales, su hijo Urías Gonzales, los hermanos Mendoza,
Mariano y Etelvino su fama han traspasado
las fronteras, en la actualidad hay varios artistas que vienen brillando
con luz propia como, preferentemente con estilo del norte chico. Es un caso muy especial, Vilda Albornoz siendo
aún joven fue catalogado como la
segunda mujer arpista en la provincia,
gracias a la enseñanza de su padre el músico Daniel Albornoz, la primera
cuentan que fue la mujer del bandolero Luis Pardo.
Con el clarinete, Serafín Bernabé que integró varias orquestas,
Humberto Flores, Cosme Esteban también integra otras orquestas en la provincia
y bandas musicales, Alonso Avalos, Richard Caqui y otros jóvenes entusiastas.
Con el saxo recién van surgiendo algunos músicos. Otros instrumentos, no
significan de menor categoría, también son importantes, sólo que enumerar a los
ejecutores seria largo.
Con justificada razón, en Pacllón se constituyó
“Melodías del Ande”, famosa banda musical que logró ser “Tricampeona”
consecutivamente por la década del 80 en la fiesta patronal Santa Rosa de
Chiquián, durante los concursos provinciales, típico por estas fechas, sus
hermanos “Banda San Bartolomé” y “Nevados del Yerupajá” también prestigiaron por algunos años. Todas las agrupaciones musicales conformadas por
auténticos del lugar. En bandas musicales a la fecha sólo están vigentes “Melodías del Ande” a punto de desaparecer y
“Banda San Bartolomé” versión Lima
dirigido por Rifel Bernabé Ibarra.
Luego Javier V. Bernabé, Serafín Bernabé, Ciro
Albornoz, Solano Avalos, Hermenegildo Ibarra y Marcial Gonzales constituirían
“Mensajeros de Pacllón”, orquesta que por la década de los 60 y 70 tuvieron
mucha acogida en la región. A la fecha hay varias agrupaciones musicales donde
integran músicos pacllinos.
En la actualidad, existen agrupaciones musicales, interpretes y
compositores, que inspirados en las bondades de esta tierra prodigiosa y la
herencia de los antepasados, mantienen el prestigio de una cultura musical
única; allí tenemos a “Antología del Folklore”, conformado por los
hermanos Flores, Ludovino Bernabé que radican en Lima. Entre los interpretes sobresalen “Canario de Pacllón” Nicanor Carrera, Vilda
Albornoz, Edy Pacheco Valdez, Rocío Osoriano, Maribel Carrera Caqui “Estrellita
de Pacllón”, “Princesita de Pacllón”, “Cecilia Mendoza”, “Paty Mendoza”, Dany Mendoza y los hermanos
Mendoza, la Dinastía Pacheco dirigida por el Maestro concertista Rosmel Pacheco
(durante dos años en Pacllón afianzo su estilo), esposo de Vilda Albornoz, Los
Felkus, Proyecto Kistu, Dimer
Albornoz, “Los Pishtacos” del anexo de
Llamac y otros. No dejar de mencionar a “Caychi” Gabriel Esteban y muchos interpretes anónimos entre varones y
mujeres. Músicos y compositores que prestigiaron y otros prestigian hasta la
actualidad en este género musical, poniendo en alto la imagen de Pacllón, cuna de músicos.
Recuerdo que durante mi viaje a Europa, conocí muchos artistas de diferentes países
latinoamericanos, estaban de moda los “Jarkas”, “Proyección”, “Los Mirlos”,
“Los Pakines” y otros que también
animaban las fiestas por estas latitudes, que cada fin de semana a cada país le
tocaba organizar reuniones de camaradería, entre peruanos, colombianos,
chilenos, ecuatorianos, argentinos, y otros países latinoamericanos. Ya
instalado en mi departamento del barrio Buda la más moderna, la ciudad de
Budapest, esta dividida por el Río Danubio, en el lado izquierdo la ciudad
antigua Pest, los fines de semana contactaba con el grupo peruano, entre los
que se encontraban a su vez, ayacuchanos, ancashinos, huanuqueños, cusqueños y
de otras partes del país, la fecha que les toco organizar al Perú, buscaban
quienes tocaban, cantaban o bailaban, naturalmente, aun siendo de la tierra de
músicos, recién lamenté, cuando mi hermano Javier Virino, durante el año que
estudie en Chiquian, me ofreció su trompeta y que su amigo del alma, Facundo
Jara seria el encargado en enseñarme, profesor del colegio CNCB, esa propuesta
basto, para que mi señora madre que escuchaba esa sugerencia, mirándole a la
cara le recrimino a mi hermano, “no le
insinúes a él, déjalo que el mismo decida, además tu solo debes ser el bohemio
de la familia…”, de aquello me acorde estando en Europa, pues, si sabia música
con entusiasmo me habría integrado a algún grupo musical. Desde aquella fecha sólo
me limito tocar la puerta.
La última vez que estuvimos de visita
constatamos, el alcalde del distrito había donado instrumentos musicales a los
colegios “Túpac Amaru” de Pacllón y “Guadalupe” de Llamac, a su vez
contratado un profesor de música para
cada institución educativa, fue sorprendente que los alumnos del primer colegio
mencionado, sólo en un mes de
aprendizaje se habían consolidado como
una banda de músicos, hasta amenizaban las actividades sociales del pueblo, la
facilidad de los jóvenes de este pueblo que aprenden música es sorprendente, no
nos equivocamos cuando afirmamos que la música brota por los poros para los
pacllinos; se repite cuando por la década del 50, Javier Virino Bernabé Gonzales cuenta en su
autobiografía (pronto se publicara), “… a los 20 años
ingrese a la banda de músicos, entre varios jóvenes, para entonces, los
miembros de la agrupación contrataron a un músico profesional para la enseñanza
de la música a los nuevos integrantes, así llegó el Director Alejandro Pérez procedente de
Barranca, nos enseñó durante sólo un mes, eso nos basto, así, pudimos
aprovechar muy satisfactoriamente las primeras nociones de la música, tanto
teórica como prácticamente. Recuerdo que un mes de junio aprendimos y el
siguiente mes de julio ya salimos a tocar al pueblo de Carcas, en su
fiesta costumbrista, por primera vez. Para entonces, yo aprendí con un
instrumento alquilado…”, manifiesta
Javier Virino.
3.
SERENATAS
DE MI PUEBLO
Cada vez que se juntaban amigos, en noches
bohemias, antaño, acompañados por guitarras, violín, charango, sordina, clarinete, armónica o quena, o
simplemente puras guitarras, ejecutadas por diestros músicos autodidactas, en
serenatas dedicadas a la amada, al amor
platónico, o sólo por diversión para “pasar la noche”, verdaderos cultores del “amor al arte”.
Previamente, en casa de alguien se concentran el
grupo luego de la cena, cuando la luz plateada de la luna viene coronando los
cerros, aun hierve el agua para el “chinguirito” o “calientito”, con
fragancia a hierbas de la puna; mientras
se sirve los primeros sorbos de este mágico licor, se afinan las guitarras, la
primera, segunda y tercera, coordinan la
afinación: “amable”, “cajatambino”,
“cerrista” o “cerreño”, “transportada”, “conchucano” o “wagra” u otro,
dependiendo del dominio de cada ejecutante y de la voz del vocalista, la
mandolina no es tan complicada y el resto de los instrumentos se adaptan con
facilidad. Los comuneros duermen en quietud después de las duras jornadas del
campo, interrumpido por el ladrido de los perros cuando uno que otro madrugador
recorre los patios y las calles, la luna ya resplandece a plenitud en las
calles empedradas del pueblo, son las doce de la noche cuando se inicia la
serenata.
Recorriendo sus entonces calles empedradas de
Pacllón, capital del distrito del mismo nombre, pueblo pintoresco y añejo, o quizás debajo de la centenaria Torre del
campanario, testigo mudo de la historia de su gente, quizás detrás de la antigua
Iglesia, o tal vez cerca a Kuntún, o pasando por Algupampa, donde los perros se
suman en coro con sus ladridos y aullidos durante las interpretaciones, o quizás cerca a
Urapakcha, o Janapakcha, otras veces en el Antiguo coso, mirador apropiado y
panorámico, o tal vez cerca al mismo Parientana, entonando melodías en disputa nocturna con las luciérnagas y los grillos,
canciones y versos dedicadas a la amada que dichosa duerme escuchando entre
sueños, melodías que transportan al delirio
y con dulzura aprecian en su cálido lecho.
Entonando
“Parientana rokoaliso”, “Cerrito
Jirihsanca”, “Mujer Andina”, “Puquialcito”,
“Caminito polvoriento de Pacllón a Jahuacocha”, “Mujer interesada”, “Wamanrripita escorzonera”, entre tantos versos, cuyas
letras se guardan cuidadosamente en el cofre de los recuerdos, cuyos autores
nunca se conocen, generación tras generación lo entonan enamorados o
simplemente son versos a la misma vida, a la naturaleza prodigiosa, al trajinar
cotidiano de hombres y mujeres por los senderos tortuosos y polvorientos.
4.
MELODIAS
QUE CURAN EL ALMA
Cuentan cierta fecha, algún grupo de jóvenes
recorrían las calles del pueblo en serenata, como es costumbre; a lo lejos se escuchaba armoniosamente
acompasado con el fondo musical de guitarras, las letras del siguiente verso,
“ …amada
mía vengo a cantarte,
En esta noche
serena, entregarte mi cariño,
Entregarte mi
amor…,
He caminado
cerros y punas,
Solo por verte
mujer andina….”,
Luego este otro más melancólico y penetrante por
los sentimientos que transmite quienes
los interpretaban con corazón que van al corazón:
”…. Hasta
cuando paisanita,
He de sufrir tus
enojos,
Sin merecer de
tus ojos,
Una mirada
amorosa,
Con gran pasión
yo te amaba
Paisanita
pretenciosa
Poco te importa
mis penas…”
Finalmente, se escuchaba cercana, las letras de esta vieja
melodía,
más aún conmovedora por su interpretación, en la voz melancólica del
vocalista que con verdadero sentimiento
y profundidad evocaba alguna vivencia compartida con la amada ausente, al
compas del marco musical ejecutada por el grupo de músicos en armonía magistral,
aquella noche plateada:
“…Acuérdate
de mi,
Por más lejos me
encuentre,
Llorando por ti,
Solo espero que
vuelvas,
Si supieras lo
que me pasa cuando sueño,
Con tu bella imagen,
Me despierto
sobresaltado
Al no verte a mi
lado yo lloro,
Yo no tengo la
culpa de quererte así
Con el alma mi
vida,
Fuiste tu misma
la que llegaste
A mi lado cuando
estaba solo
Y has tratado de
abandonarme
Dejando mi
corazón desecho….
…….
Por favor te pido
Que cuando me
muera
Que de mi te
acuerdes
Por el juramento
Hace mucho tiempo
Yo espero tu
pronto retorno….”
A esas horas de la noche las cuerdas de las
guitarras retumban en la quietud de la noche, el violín gime con dulzura; la
voz del intérprete en eco melódico suavemente tiñe la noche callada.
Casi a la madrugada, el grupo de bohemios se
instala debajo de la Torre del Campanario, sobre la piedra grande que a manera
de sostén soportaba el peso de esta edificación colonial (hoy ya no existe),
repiten con maestría los mismos versos entonado a lo lejos. Solían interpretar tres
canciones o tres “paradas”, para luego retirarse a otra esquina, justo cuando están por finalizar la canción,
se abre la puerta de la casa de don Silvino Albornoz que da justamente a la
torre, instante cuando los músicos
parten despavoridos en direcciones distintas, por que creen que el dueño de la
casa o alguien sale para “llamarles la atención” o simplemente reconocerles
para luego ya de día quejarse por
interrumpir sus dulces sueños, o en el peor de los casos echarles orines olorosos
por osar interrumpir sus dulces sueños.
En esta ocasión lo que ocurría era lo
contrario, la persona que salía era para invitarles pasar a la casa a todos los
músicos por un pedido especial de una dama que descansaba, ella huésped por
aquella noche.
El día anterior habían llegado a Pacllón tres
personas: la hija, una señorita enferma acompañada por sus padres que venían desde
Huayllapa, recorriendo seis leguas en
acémila, y se dirigían a Chiquián por el mismo medio que dista cinco leguas más
de Pacllón, de aquí a Huaraz en carro, apresurados para el tratamiento de su
quebrantada salud, haciendo un descanso en Pacllón, y justamente se hospedaron
en la casa de la familia mencionada.
Nadie sabe la dolencia de aquella señorita,
preocupación para sus atribulados padres que deseaban llegar pronto para la
atención de un medico, aquella noche dichos viajeros no podían conciliar el
sueño, cuando escucharon las melodías de
la música en la lejanía, luego casi en la puerta de la casa. Al escuchar la
música, la señorita imploraba ansiosa a sus
padres:
-
¡Padre, por favor que los músicos,
sigan tocando o pídales que pasen a la casa!
-
No conocemos, pero, voy solicitarles…. . -
responde el padre.- en plena oscuridad de la casa y se apresta encender el lamparín a querosene en la
habitación.
Los músicos están entonando la ultima parada,
cuando uno de ellos observa que se enciende la luz en la habitación cercana y apenas se
abre la puerta, parten raudos a otra esquina, la persona que sale intenta
alcanzarla, pero el grupo sigue su camino hasta llegar al otro extremo del
pueblo, ahuyentado por ese impase.
Cuando retorna su padre a la casa, la señorita
pregunta - ¿porque no le invitan pasar a
la casa?
-
Papá, al escuchar esa música mi cuerpo
se siente mejor, te suplico ¿Porqué no nos quedamos en Pacllón?, sé que me
aliviaría y puedo sanar mi dolencia con esa música.
-
¡Ahora ya me siento aliviada sólo por
haberla escuchado! – retruca la señorita a su padre.
Mientras se entablaba esa discusión, ya iba
rayando el alba, un poco más amanece. Al
rayar el alba los huéspedes ya emprendieron su viaje y nadie más supo de lo
sucedido.
A los tres días, alguien vino trayendo la mala
noticia que la señorita hospedada en la casa de don Silvino había fallecido en Chiquián,
escuchó quejarse a sus padres durante el entierro:
-
¿Por qué no obedecí a mi hija, me hubiera
quedado en Pacllón?, ¡quizás viviría!,
-
Ella me repetía en el trayecto - gemía de dolor sus padres.
-
¡Retornemos a Pacllón! – me solicitaba
- ahora entiendo que mi alma esta
dolida, la música de aquella noche es la cura que esperaba – se quejaban sus acongojados
padres durante el sepelio.
La música alegra el alma y
cura el dolor, nos puede poner en actitud positiva o nos evoca épocas
pasadas, pues trae a nuestra mente recuerdos que nos llenan de nostalgia, pero
también tiene muchos otros beneficios que ayudan a aliviar diversos males
físicos y emocionales.
La musicoterapia es una terapia que se aplica desde hace muchos años, aunque en los últimos tiempos ha tomado un auge significativo, ya que sus múltiples ventajas ha sido profundamente estudiada y aplicada en personas de todas las edades para diferentes fines.
Especialistas, que imparten la terapia, afirman que cuando los pacientes tienen una enfermedad que les provoque dolor crónico, tienen sentimientos de tristeza, indefensión y sienten que todas las puertas se han cerrado, por ello la musicoterapia resulta un excelente antídoto contra esos males.
“La música ayuda a mejorar la atención y concentración, por ejemplo, hacemos ejercicios con instrumentos de percusión y para ello los pacientes deben estar muy concentrados y atentos de que después de uno, el otro tiene que tocar, aunque parezca sencillo son ejercicios que tienen un gran impacto a nivel terapéutico”, explica un psicólogo.
Los pacientes pueden tocar instrumentos, aunque no es una clase definida para el aprendizaje, sino que los tocan como una forma de terapia, también cantan porque físicamente la vibración de las cuerdas vocales y los instrumentos de percusión mejoran las conexiones del cuerpo en cuanto al sistema nervioso.
“El canto está asociado con un aumento en la producción de endorfinas que mejoran nuestro estado anímico, con el canto se trabaja además la dicción del paciente, que ayuda a determinar cómo se proyectan ante la gente, se busca mejorar lo que es conducta, emoción y pensamiento”, sostienen los terapeutas.
La musicoterapia es una terapia que se aplica desde hace muchos años, aunque en los últimos tiempos ha tomado un auge significativo, ya que sus múltiples ventajas ha sido profundamente estudiada y aplicada en personas de todas las edades para diferentes fines.
Especialistas, que imparten la terapia, afirman que cuando los pacientes tienen una enfermedad que les provoque dolor crónico, tienen sentimientos de tristeza, indefensión y sienten que todas las puertas se han cerrado, por ello la musicoterapia resulta un excelente antídoto contra esos males.
“La música ayuda a mejorar la atención y concentración, por ejemplo, hacemos ejercicios con instrumentos de percusión y para ello los pacientes deben estar muy concentrados y atentos de que después de uno, el otro tiene que tocar, aunque parezca sencillo son ejercicios que tienen un gran impacto a nivel terapéutico”, explica un psicólogo.
Los pacientes pueden tocar instrumentos, aunque no es una clase definida para el aprendizaje, sino que los tocan como una forma de terapia, también cantan porque físicamente la vibración de las cuerdas vocales y los instrumentos de percusión mejoran las conexiones del cuerpo en cuanto al sistema nervioso.
“El canto está asociado con un aumento en la producción de endorfinas que mejoran nuestro estado anímico, con el canto se trabaja además la dicción del paciente, que ayuda a determinar cómo se proyectan ante la gente, se busca mejorar lo que es conducta, emoción y pensamiento”, sostienen los terapeutas.
De saberlo los padres de esa
señorita, quizás se habría restablecido quedándose en Pacllón escuchando su
música y bellas canciones, románticas y ensoñadoras.
Por ello me vienen a la
memoria recuerdos de infancia, recuerdo de aquellos años maravillosos, cuando
mi madre me despertaba todas las mañanas tarareando canciones que en su voz, ya
ajada por muchos años, sonaban hermosas por su dulzura y desbordante amor,
canciones que rememoradas me retroceden a mi niñez y haciéndome sentir la
nostalgia y la pesada carga de los años vividos (que no volverán).
Hoy, mientras viajo en la
ciudad, escucho en mi MP3 o iPod, canciones que me hacen vibrar (y llorar), un
dulce huayno que consigue que sienta como doña Salomina Gonzales, mi
madre, vuelva a la vida, que la imagine
sentada en el borde de mi cama
intentando despertarme como hacia todos los días de todos los años de mi
infancia.
5.
ORIGEN
DE LOS CARNAVALES Y LA CULTURA ANDINA
Según las tradiciones, el carnaval es una celebración pública que tiene
lugar después del miércoles de ceniza en
el mundo cristiano, fecha de inicio (entre
febrero y marzo según el año) de la Cuaresma o los 40 días previos al Domingo
de Ramos, ritual menos piadoso y más
desenfrenado: El Carnaval.
El origen de su celebración parece probable de
las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y
las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los
orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5.000 años, con
celebraciones muy parecidas en la época del Imperio Romano, desde donde se expandió la costumbre por
Europa, llegando a América traída por los navegantes españoles y portugueses a
partir del siglo XV.
La cultura andina es agrocéntrica en la medida
en que sus relaciones sociales y económicas
están organizadas alrededor de la producción agrícola. Este modo de producción entre
los campesinos del mundo andino ha
desarrollado el conocimiento necesario del tiempo y el espacio.
La Pacha que es el tiempo-espacio, se
conceptualiza no sólo como proceso histórico, sino fundamentalmente como la
organización cíclica de períodos de producción entre la siembra y la cosecha.
Estos periodos o ciclos de producción son guiados por: las estrellas, las
constelaciones y los fenómenos naturales que aparecen en el territorio de
producción.
El tiempo y espacio andino está ordenado bajo
un calendario Luni-solar que antiguamente se dividía en trece meses, pero, hoy
se divide en doce meses gregorianos. A pesar de esta adopción el modo de
organización temporal no ha cambiado entre los campesinos agricultores. Los
meses cuentan en función de las fiestas santorales y patronales que se
presentan durante el año.
El calendario andino se ha dividido en tres
épocas bien marcadas sexualmente. El tiempo de lluvias (tiempo femenino)
conocido como Jallupacha, comienza en noviembre con la fiesta de los muertos y
termina en carnavales. El tiempo de seco (masculino) llamado Awtipacha comienza
en abril con la fiesta del 3 de mayo y termina en octubre con todos Santos. La época
de Juipipacha o tiempo de invierno, es el taipi, entre el tiempo seco y
lluvioso, y este tiempo se ubica entre junio y julio.
Las comunidades andinas han marcado cuatro
rituales en el calendario agrícolas:
Calendario
|
Fiesta
- ritual
|
Ciclo
agrícola
|
Febrero
|
Pukllay
|
Primeros
frutos
|
Mayo
|
Fiesta
de la cruz
|
Cosecha
|
Agosto
|
Rituales
a la Pachamama
|
Siembra
|
Noviembre
|
Todos
los Santos
|
Crecimiento
|
Cada uno de estos tiempos agrícolas para la
cosmovisión andina es sacralizado por medio de la fiesta. La deidad central de
esta sacralización es la Pachamama o Madre Tierra, a quien hay que festejar con
cariño, para que el proceso productivo continúe todo el ciclo biológico.
La
característica del carnaval, va
acompañado de juegos con agua, talco y serpentina y en algunas regiones, con
danzas folklóricas y ritos cristianos o paganos. En los últimos años, se
ha ido revalorizando el carnaval andino, siendo proclamadas 5 expresiones como
patrimonio cultural de la nación:
- El Carnaval de Ayacucho (04 de diciembre de 2003).
- El Carnaval de Santiago de Pupuja (Puno - 10 de setiembre de 2010).
- El Carnaval de San Pablo (Cusco - 27 de setiembre de 2010).
- El Carnaval de Abancay (Apurímac - 07 de marzo de 2011).
- El Carnaval de Marco (Junín - 09 de marzo de 2011).
En el Perú
se han hecho famosos los carnavales regionales como la de Cajamarca, Puno, Ayacucho,
Huaraz entre otras ciudades, imitando
las fastuosidades del famoso carnaval de Rio de Janeiro en Brasil.
El hombre ‘andino’
existe con una racionalidad que mana como ‘filosofía’, cercana a su acepción
primigenia occidental. Así, dentro de los rituales dialógicos con las distintas
deidades (Pachamama, Mamaqucha, Tatainti, etc.) se establecen variedades
conversacionales de acuerdo al espacio y tiempo históricos. Una de estas
variedades conversacionales con nuestra Madre Santa, Tierra Pachamama, ocurre
cuando la floresta domina el paisaje. Es, entonces, a diferencia de otras
veces, el momento para dialogar con nuestra Madre Tierra de forma amena y de
jolgorio. Esta forma dialógica se trasluce en juego de los carnavales.
6.
CARNAVALES
EN LA CORDILLERA HUAYHUASH
Época de los carnavales en los pueblos de la
Cordillera Huayhuash, siempre coinciden con la época lluviosa, para entonces
los comuneros ya sembraron sus chacras con productos de pan llevar, en las
sementeras los maizales reverdecen los
campos, las papas ya florean cubriendo de blanco y morado las faldas de los cerros, para en mayo
ingresar a la cosecha, luego sembrar los trigales, el andino como
conocedor del proceso de rotación de la tierra para fines agrícolas, maximiza
el uso adecuado y sustentable de la tierra cada año.
Muchos crianderos de ganado vacuno, por el
lado oeste de esta hermosa cordillera, mayoritariamente en Jahuacocha, entre
Gochacutan, Incahuayin, Rodeo y Wacrish, zonas que por esta época del año, constantemente se cubren de nieve los cerros
y llanuras, motiva la escases de los pastos para los animales, a su vez, esas intensas
lluvias y las bajas temperaturas obligan a los crianderos cambiar de lugar a sus animales, las reses preferentemente a
las partes bajas, entre Wipagh, Jirkacorral, Quepum, Pasin, y lugares de clima
templado, pero también lluviosos, en
cambio los ovinos se mantienen en las
punas de Turpa, Wanconga, Tuctu, Caracocha, Solin y
estancias cercanas a la población. La naturaleza ordena el
aprovechamiento adecuado de los recursos naturales, los comuneros y campesinos
obedecen esta ley natural. Luego en mayo, cuando desaparece las lluvias y
reverdecen de abundante pasto las faldas de los cerros, retornaran con mucho
optimismo a esos territorios comunales. La actividad económica
predominante son la agropecuaria y
ganadera, otro tipo de actividad como la
minera constantemente representa una amenaza para la supervivencia de estos
pueblos originarios.
Durante los carnavales, en las estancias los
crianderos se agrupan para estas celebraciones, ocasión que es utilizada para señalar y poner marcas
a sus animales, “señalakun”, ponerles cintas multicolores en las orejas, fiesta
de agradecimiento a la Pachamama, por permitir
el incremento de sus ganados.
Cada temporada de carnavales, en Jahuacocha se
congregaban los pastores en tres lugares distintos, uno en Rodeopampa, que esta al ingreso del
inmenso valle; otro en Inkawayin casi a la mitad de este valle, en las
inmediaciones de la laguna Jahuacocha debajo de la catarata Wacrish, y el
tercero al otro extremo de la laguna indicada, en Gochacutan, debajo
del Jirishanca, nevado cuyas paredes perpendiculares desafían a cualquier
escalador que lo pretenda. Por el año 1954 en el Jirishanca, hubo un accidente
aéreo donde perecieron todos los pasajeros y tripulantes al estrellarse en la
cúspide de este pico nevado el avión TAM (Transportes Aéreos Militares) en un
vuelo procedente de Iquitos a Lima, nunca rescataron nada ni nadie hasta la fecha, hoy sólo se
puede apreciar parte de los motores y porciones metálicos dispersos en la cabecera de la laguna Solteracocha, que por efectos del descongelamiento de la nieve que viene
sufriendo los glaciares andinos, como consecuencia del calentamiento global, se
observa un retiro de la masa de nieve de más de 800 metros del borde de la laguna, que por aquellos años
cubría toda la cabecera de la mencionada laguna, aun flotaban témpanos en la
superficie del agua.
En estas tres
estancias, entre pacllinos y llaminos confundidos se mezclaban en
algarabía, cruzando el rio Achin de un lado a otro, que recorre zigzagueante todo el valle de
este a oeste, desde sus nacientes de la
laguna Jahuacocha, motivados por estas
celebraciones, hombres y mujeres se confundían practicando los carnavales, jugando
con talco y serpentina, bailando y cantando al compas de la música, la choza
más amplia era la sede de las reuniones,
la pachamanca plato predilecto por esta ocasión, abundaba la carne de carnero.
El marco musical compuesto por sólo guitarras o arpa y dos violines venidos exclusivamente
desde Pacllón, las vituallas y los tragos
debidamente provistas, cada invitado lleva lo propio, no había distingo
de ninguna clase. Días enteros entregados al juego de los carnavales, bailaban al compás de la música propia de esta
ocasión, alrededor de la yunza: árbol plantado y adornado.
Como yunza un quinual (gengua) plantado
exprofesamente, debidamente ataviada con
adornos, plantada en el centro del patio
o en el corral de ganado, cada quien con botella de licor en mano, danzan en
circulo las tonadas propias de esta celebración, es una competencia masculino y
femenino por el juego, todos tienen el rostro emblanquecido por el talco y el
cuello adornados por las serpentinas multicolores, manchados sus vestiduras con
globos llenados con tintes de colores, en coro evocan canciones bajo el marco
musical, plañideras canciones de
pastores se repiten o huaynos de moda que todos corean al unísono:
Patito de la
laguna de Jahuacocha,
Huachuita solitaria,
sólo tú sabes
Donde esta mi
amor,
Acaso el río
Achin se lo llevo
Acaso la laguna
se lo trago,
Paisanita
pretenciosa
No me niegues tu
cariño,
No me niegues tu
amor,
Tu ingratitud los
cóndores
Se lo llevaran
por las alturas,
Tu ingratitud las
vizcachas
Lo enterraran en sus
cuevas….
El
hacha o el machete va rotando de mano en mano, mientras el ánimo de los
presentes por efectos del licor que beben, se elevan hasta el éxtasis. Estas
celebraciones en ocasiones se desarrollaban simultáneamente, como también
indistintamente en cualquiera de las estancias mencionadas. Los jóvenes disfrutaban
ansiosos buscando “ambiente” en las estancias, para lo cual formaban grupos
dispuestos a recorrer aún las heladas y
lluviosas noches, cruzar el río chimbando hasta por las noches, el trajín de un lugar a otro los mantenían
vigorosos y optimistas, aun con la ropa y poncho empapadas por la lluvia y los
caminos anegados, la pretensión de cautivar el corazón de alguna señorita era
mas fuerte que el propio frio de las noches, para amenguar llevaban consigo
botellas de licor, solían considerar para “el camino” .
Los
carnavales se repetían simultáneamente por casi todas las estancias donde hubiera más de
dos o tres crianderos, agrupados en sus chozas de paja, lo mismo ocurría en
Turpa, Huauyan, Tuctu, Wanconga, Caracocha, Shupla y otros lugares. En cada lugar no faltaba
aunque sea un guitarrista que animara la fiesta. Los músicos por estas fechas son
muy solicitados y en la zona existen para todo gusto. A falta de marco musical
hasta sólo una armónica suple para amenizar las reuniones pequeñas, pero todos cantan
en coro entre hombres y mujeres.
Finalizada las celebraciones de los carnavales
en las estancias, todos retornan al pueblo entristecidos, pero con la
satisfacción compartida en la puna con los crianderos y visitantes, preferentemente
los músicos llevan consigo regalos y presentes a su retorno, sea un cordero,
lana o queso, según la disponibilidad del anfitrión.
Propiamente en el pueblo de Pacllón, se desarrollaba la celebración central de los
carnavales, para lo cual la Estandarte, como
funcionaria, voluntariamente se comprometía
organizar esta actividad un año antes, acompañada por cuatro o seis mayoralas y
mayordomos, en pareja, es fiesta
del pueblo en general, superada sólo por las fiestas patronales de
agosto en honor a San Bartolomé patrono del pueblo.
No hay fiesta sin músicos, en esta ocasión la
orquesta conformada por violines, arpa, sordina y clarinete, o en el peor de
los casos sólo violines y arpa, había años que se comprometían hasta dos
estandartes. La población se apresta celebrar los carnavales. En el patio de la
casa del funcionario se planta la “yunza”, totalmente ataviada de adornos:
serpentina, regalos, frutas, entre otros objetos, el publico comparte con los
juegos durante la fiesta, es natural caminar por calles y encontrar transeúntes
con las caras pintadas y envueltos los cuellos con serpentinas.
Las mayoralas vestidas apropiadamente al estilo de estos pueblos, con monillas,
llicllas en la espalda, faldas y
polleras multicolores, con sombreros de palma adornados alrededor de la copa
con flores y cintas, a su vez, en sus espaldares
cuelgan vistosos “guaguas” hechas de harina como pan delicioso, frutas,
serpentinas y presentes que sus parejas los mayordomos les regalaron, y lo propio las mayoralas a estos, ellos llevan
en la espalda abrigadoras bufandas, alforjas de colores, preciosos manteles
bordados y presentes masculinas, tejidos o bordados por las mismas mayoralas, a
la usanza del andino de esta zona, en pareja y en comparsa cantan al compas de la
orquesta contratada para este fin. Se repite las danzas en torno a la yunza, días enteros de jolgorio en el pueblo, chicos
y grandes, hombres y mujeres toman parte de los carnavales hasta su
finalización, es el antídoto para disipar las penas y las preocupaciones de los
habitantes de estos pueblos circundantes a la Cordillera Huayhuash. Finaliza
cuando la yunza es derribada por alguien, ese alguien se encargará de los
carnavales el próximo año.
7.
COLOFON
De
estudiante, cuando no funcionaba aún el nivel secundario en Pacllón, muchos
jóvenes y adolescentes nos teníamos que trasladar a la capital de la provincia
para continuar con la secundaria, pero también otros a la primaria y los
mayores a la Normal, por aquellos años era común, los estudiantes organizados,
cada cierto tiempo, preferentemente en las fiestas cívicas, como las
celebraciones del día de la madre, 28 de julio, etc, retornábamos para
presentar las “veladas”, desde aquellos tiempos muchos jóvenes ya tenían
ciertas aptitudes histriónicas, artísticas y poéticas. Solíamos trasladarnos los viernes en la noche
desde Chiquián caminando en la oscuridad y a pie, para amanecer en Pacllón y la tarde del sábado hacer las
presentaciones de esas actividades culturales, previo campeonato de futbol y
voleibol. Las raíces culturales,
musicales y artísticas, datan desde muchos años atrás en este pueblo y aún
persisten. Sólo que por la década del 80, con la presencia del destacamento
policial en el pueblo, se prohibió las serenatas y demás reuniones sociales,
jóvenes de esa generación posiblemente muchos no conozcan esa particularidad de
las vivencias pueblerinas, existe un vacío en el transcurrir cultural de este
pueblo.
8.
BIBLIOGRAFIA
-
BERTONSO, LUDOVICO, 1993
TRANSCRIPCION DEL VOCABULARIO DE LA LENGUA AYMARA, LA PAZ, EDIC. RADIO SAN GABRIEL.
-
BOUSSE, CASSAGNE , 1988 LLUVIAS Y
CENIZAS. BIBLIOTECA ANDINA. Edic. HISBOL. LA PAZ.
-
CANCLINI, NÉSTOR GARCÍA, 1982 LAS
CULTURAS POPULARES EN EL CAPITALISMO, México.
-
CADORETTE. RAIMUNDO, 1978 PERSPECTIVAS
MSTOLOGICAS DEL MUNDO AYMARA. En Revista del Instituto de
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