sábado, 14 de septiembre de 2013

TRADICIONES DE MI PUEBLO


NOSTALGIAS ANDINAS
Noches bohemias y carnavales de mi tierra








 (*)Florencio Bernabé Gonzales
10/02/13
1.        
BOHEMIOS POR NATURALEZA
2.        LA MUSICA BROTA POR LOS POROS
3.        SERENATAS DE MI PUEBLO
4.        MELODIAS QUE  LLEGAN AL ALMA
5.        ORIGEN DE LOS CARNAVALES Y LA CULTURA ANDINA
6.        CARNAVALES EN LA CORDILLERA HUAYHUASH
7.        COLOFON
8.        BIBLIOGRAFIA

1.        BOHEMIOS POR NATURALEZA
“PARIENTANA ROKOALISO”
Parientana rokoaliso
Imatami kuyturanki…
Manami nogha kuyturasu
Suegrowan, suegra rimamaptin…

Entonando estos versos, cuya autoría  se atribuye a Celso Huaranga Basilio, quien acostumbraba dedicar  a su suegro el famoso “Matipablo” cada vez que se echaba unos tragos. La última vez, durante la fiesta patronal del 24 de agosto, un grupo de pacllinos, trotamundos, tarareaban  al compas de la banda de músicos y la orquesta apostadas en cada esquina de la plaza del pueblo, cuando chicos y grandes, hombres y mujeres bailan hasta la saciedad  el día de la “pinkichida”, tragos van y tragos vienen a discreción, es el jolgorio del pueblo, embriagados de emoción momentáneamente se olvidan de mil problemas cotidianos.
Algunos quizás retornaron  sólo por estas fechas, otros periódicamente por que todavía cuentan con familiares directos a quien visitar, muchos retornan sólo atraídos por esa fuerza natural de la patria chica, aunque  no cuentan con familiares directos, los viejos solares de los padres, ya son ocupados por otras gentes, pero no importa, es tonificante retornar a la querencia.  Con justificada razón solía decir mi padre Virginio Bernabé Gamarra, “todos volvemos a nuestra querencia, tarde o temprano, sólo es cuestión de tiempo”.
Muchos pacllinos emigraron buscando otros horizontes, hoy algunos son hombres y mujeres exitosos, retornan ávidos de recorrer sus calles, mezclarse con su gente, aspirar el aire puro y la naturaleza  prodigiosa de este pedacito de suelo andino enclavada en las entrañas de la hermosa Cordillera Huayhuash, debajo del Yerupajá y bebiendo las aguas que descienden del  Jahuacocha.
Por nuestra descendencia andina, somos influenciados con facilidad por la magia de la música autóctona, particularmente de esta parte de la provincia, que tiene una marcada particularidad, mezcla de huaracina y cajatambina, ambas regiones influenciadas a su vez  por la belleza de sus paisajes y su indómita naturaleza.
Retornar y recorrer sus calles…, ”cual paria que vuelvo  a la tierra que me vio nacer, aspiro  con ansia la fragancia de sus flores y campos,  hoy vuelve mis pasos  recorrer tus calles, caminito de mis amores,  aspiro con ansía  el polvo de tus caminos….”, recuerdan letras de una canción que reverdecen la memoria como sus campos de maizales y trigales de Wanka, Waychiquin, Puya, Sicla y Tackra.
2.        LA MUSICA BROTA POR LOS POROS
Guitarristas como Eloy Duran, Celestino Carrera, Rodil Padilla, el Profe Esli Duran, Emeterio Santos, Maximiliano Santos, Bonifacio Rivas “Unicho”,  Máximo Flores, Teofanes Esteban, Abdel Duran, Fidel Convercio, Efraín Convercio, Celso Huaranga Basilio padre de los hermanos también guitarristas : Celso, Abraham y Elber, Abraham Caqui, jóvenes revelaciones como Joel Rivas  y otros excelentes músicos, compositores y ejecutores con este instrumento como el profesor Luis Mendoza, también se cuentan que fueron  famosos Abelardo Duran, Teodomiro Mendoza “Chuchuya”,  Fausto Mendoza, Epifanio Esteban “Iticho”,  Alejandro Dámaso “Alicho” y tantos otros  que aún se mantienen viva sus tonadas. Recuerdan que el guitarrista  Lucio Caqui  acudió a Cajatambo representando a Pacllón  en un concurso y se coronó superando incluso a los propios lugareños, tocando su guitarra al estilo cajatambino.
Con la mandolina, no había quien lo superara a Teobaldo Rivas y José Santos, y hoy Roosevelt Santos maestro con la mandolina,  hijo de José Santos quien radica en Canadá, a su vez dirige  “Yerupajá Andean”  y “Sillustane Canadá”,  ambas de mucha trayectoria cultivando música latinoamericana entre EEUU, Canadá y Europa.
Entre los violinistas  podemos mencionar al legendario Gelasio Rivas que emigró a Caujul y allí formo “Albor Andino de Caujul”, Emeterio Avalos, Su hijo Solano Avalos que aún deleita con su música, Saturnino Albornoz era el único que estaba presente tocando los responsos en los funerales y en la iglesia del pueblo, sus hijos Ciro Albornoz y Daniel Albornoz ya fallecidos,  y Hermenegildo Ibarra que aún vive, los ejecutores de este instrumento al parecer ya no tienen seguidores. 
Trompetistas como Javier V. Bernabé uno de los primeros que introdujo la trompeta con sordina en las orquestas de cuerda, invitado por Gelasio Rivas se incorporo a “Albor Andino de Caujul”, para lo cual se tuvieron que trasladar a Caujul por dos años,  Javier Virino Bernabé, Marcial Gonzales, Serafín Bernabé y  Hermenegildo Ibarra, luego el hijo de Gelasio Rivas Hernán Rivas remplazaría a Javier Virino. Así tenemos también como trompetistas a Dimas Albornoz, Armando Bernabé,  los hermanos Esteban, Guillermo y Obaldino, Nicolás Mendoza virtuoso también con el clarinete y otros instrumentos, así hay varios jóvenes que siguen los pasos de los iniciadores con este instrumento.
Con el arpa, sobresalieron Santiago Rivas, Mario Rivas, César Ibarra, Venturo Padilla, el único arpista que interpretaba  la danza del diablito, Marcial Gonzales,  su hijo Urías Gonzales, los hermanos Mendoza, Mariano y Etelvino su fama han traspasado  las fronteras, en la actualidad hay varios artistas que vienen brillando con luz propia como, preferentemente con estilo del norte chico.  Es un caso muy especial, Vilda Albornoz siendo aún joven fue catalogado  como la segunda  mujer arpista en la provincia, gracias a la enseñanza de su padre el músico Daniel Albornoz, la primera cuentan que fue la mujer del bandolero Luis Pardo.  
Con el  clarinete, Serafín Bernabé que integró varias orquestas, Humberto Flores, Cosme Esteban también integra otras orquestas en la provincia y bandas musicales, Alonso Avalos, Richard Caqui y otros jóvenes entusiastas. Con el saxo recién van surgiendo algunos músicos. Otros instrumentos, no significan de menor categoría, también son importantes, sólo que enumerar a los ejecutores seria largo.
Con justificada razón, en Pacllón se constituyó “Melodías del Ande”, famosa banda musical que logró ser “Tricampeona” consecutivamente por la década del 80 en la fiesta patronal Santa Rosa de Chiquián, durante los concursos provinciales, típico por estas fechas, sus hermanos  “Banda San Bartolomé”  y “Nevados del Yerupajá” también prestigiaron  por algunos años. Todas  las agrupaciones musicales conformadas por auténticos del lugar. En bandas musicales a la fecha sólo están vigentes  “Melodías del Ande” a punto de desaparecer y “Banda San Bartolomé” versión  Lima dirigido por Rifel Bernabé Ibarra.
Luego Javier V. Bernabé, Serafín Bernabé, Ciro Albornoz, Solano Avalos, Hermenegildo Ibarra y Marcial Gonzales constituirían “Mensajeros de Pacllón”, orquesta que por la década de los 60 y 70 tuvieron mucha acogida en la región.  A la fecha  hay varias agrupaciones musicales donde integran músicos pacllinos.
En la actualidad, existen  agrupaciones musicales, interpretes y compositores, que inspirados en las bondades de esta tierra prodigiosa y la herencia de los antepasados, mantienen el prestigio de una cultura musical única;  allí tenemos  a “Antología del Folklore”, conformado por los hermanos Flores, Ludovino Bernabé que radican en Lima.  Entre los interpretes sobresalen  “Canario de Pacllón” Nicanor Carrera, Vilda Albornoz, Edy Pacheco Valdez, Rocío Osoriano, Maribel Carrera Caqui “Estrellita de Pacllón”, “Princesita de Pacllón”, “Cecilia Mendoza”,  “Paty Mendoza”, Dany Mendoza y los hermanos Mendoza, la Dinastía Pacheco dirigida por el Maestro concertista Rosmel Pacheco (durante dos años en Pacllón afianzo su estilo), esposo de Vilda Albornoz,  Los  Felkus,  Proyecto Kistu, Dimer Albornoz, “Los Pishtacos”  del anexo de Llamac y otros. No dejar de mencionar a “Caychi”  Gabriel Esteban y muchos  interpretes anónimos entre varones y mujeres.   Músicos y compositores  que prestigiaron y otros prestigian hasta la actualidad en este género musical, poniendo en alto la imagen de Pacllón,  cuna de músicos.
Recuerdo que durante mi viaje a Europa,  conocí muchos artistas de diferentes países latinoamericanos, estaban de moda los “Jarkas”, “Proyección”, “Los Mirlos”, “Los Pakines”  y otros que también animaban las fiestas por estas latitudes, que cada fin de semana a cada país le tocaba organizar reuniones de camaradería, entre peruanos, colombianos, chilenos, ecuatorianos, argentinos, y otros países latinoamericanos. Ya instalado en mi departamento del barrio Buda la más moderna, la ciudad de Budapest, esta dividida por el Río Danubio, en el lado izquierdo la ciudad antigua Pest, los fines de semana contactaba con el grupo peruano, entre los que se encontraban a su vez, ayacuchanos, ancashinos, huanuqueños, cusqueños y de otras partes del país, la fecha que les toco organizar al Perú, buscaban quienes tocaban, cantaban o bailaban, naturalmente, aun siendo de la tierra de músicos, recién lamenté, cuando mi hermano Javier Virino, durante el año que estudie en Chiquian, me ofreció su trompeta y que su amigo del alma, Facundo Jara seria el encargado en enseñarme, profesor del colegio CNCB, esa propuesta basto, para que mi señora madre que escuchaba esa sugerencia, mirándole a la cara le recrimino a mi hermano,  “no le insinúes a él, déjalo que el mismo decida, además tu solo debes ser el bohemio de la familia…”, de aquello me acorde estando en Europa, pues, si sabia música con entusiasmo me habría integrado a algún grupo musical. Desde aquella fecha sólo me limito tocar  la puerta.
La última vez que estuvimos de visita constatamos, el alcalde del distrito había donado instrumentos musicales a los colegios “Túpac Amaru” de Pacllón y “Guadalupe” de Llamac, a su vez contratado  un profesor de música para cada institución educativa, fue sorprendente que los alumnos del primer colegio mencionado,  sólo en un mes de aprendizaje se  habían consolidado como una banda de músicos, hasta amenizaban las actividades sociales del pueblo, la facilidad de los jóvenes de este pueblo que aprenden música es sorprendente, no nos equivocamos cuando afirmamos que la música brota por los poros para los pacllinos; se repite cuando por la década del 50,  Javier Virino Bernabé Gonzales cuenta en su autobiografía (pronto se publicara), “… a los 20 años ingrese a la banda de músicos, entre varios jóvenes, para entonces, los miembros de la agrupación contrataron a un músico profesional para la enseñanza de la música a los nuevos integrantes, así llegó el  Director Alejandro Pérez procedente de Barranca, nos enseñó durante sólo un mes, eso nos basto, así, pudimos aprovechar muy satisfactoriamente las primeras nociones de la música, tanto teórica como prácticamente. Recuerdo que un mes de junio aprendimos y el siguiente  mes de julio  ya salimos a tocar al pueblo de Carcas, en su fiesta costumbrista, por primera vez. Para entonces, yo aprendí con un instrumento alquilado…”, manifiesta Javier Virino.
3.        SERENATAS DE MI PUEBLO
Cada vez que se juntaban amigos, en noches bohemias,  antaño, acompañados por  guitarras, violín, charango,  sordina, clarinete, armónica o quena, o simplemente puras guitarras, ejecutadas por diestros músicos autodidactas, en serenatas dedicadas a la amada,  al amor platónico, o sólo por diversión para “pasar la noche”, verdaderos cultores del  “amor al arte”.
Previamente, en casa de alguien se concentran el grupo luego de la cena, cuando la luz plateada de la luna viene coronando los cerros,  aun hierve el  agua para el “chinguirito” o “calientito”, con fragancia a hierbas de la puna;  mientras se sirve los primeros sorbos de este mágico licor, se afinan las guitarras, la primera, segunda y tercera,  coordinan la  afinación: “amable”, “cajatambino”, “cerrista” o “cerreño”, “transportada”, “conchucano” o “wagra” u otro, dependiendo del dominio de cada ejecutante y de la voz del vocalista, la mandolina no es tan complicada y el resto de los instrumentos se adaptan con facilidad. Los comuneros duermen en quietud después de las duras jornadas del campo, interrumpido por el ladrido de los perros cuando uno que otro madrugador recorre los patios y las calles, la luna ya resplandece a plenitud en las calles empedradas del pueblo, son las doce de la noche cuando se inicia la serenata.
Recorriendo sus entonces calles empedradas de Pacllón, capital del distrito del mismo nombre, pueblo pintoresco y añejo, o  quizás debajo de la centenaria Torre del campanario, testigo mudo de la historia de su gente, quizás detrás de la antigua Iglesia, o tal vez cerca a Kuntún, o pasando por Algupampa, donde los perros se suman en coro con sus ladridos y aullidos  durante  las interpretaciones, o quizás cerca a Urapakcha, o Janapakcha, otras veces en el Antiguo coso, mirador apropiado y panorámico, o tal vez cerca al mismo Parientana,   entonando melodías  en disputa nocturna con las luciérnagas y los grillos, canciones y versos dedicadas a la amada que dichosa duerme escuchando entre sueños, melodías que  transportan al delirio y con dulzura aprecian en su cálido lecho.
Entonando  “Parientana rokoaliso”,  “Cerrito Jirihsanca”, “Mujer Andina”, “Puquialcito”,  “Caminito polvoriento de Pacllón a Jahuacocha”,   “Mujer interesada”, “Wamanrripita  escorzonera”, entre tantos versos, cuyas letras se guardan cuidadosamente en el cofre de los recuerdos, cuyos autores nunca se conocen, generación tras generación lo entonan enamorados o simplemente son versos a la misma vida, a la naturaleza prodigiosa, al trajinar cotidiano de hombres y mujeres por los senderos tortuosos y polvorientos.
4.        MELODIAS QUE  CURAN EL ALMA
Cuentan cierta fecha, algún grupo de jóvenes recorrían las calles del pueblo en serenata, como es costumbre;  a lo lejos se escuchaba armoniosamente acompasado con el fondo musical de guitarras,  las letras del siguiente verso,
…amada mía vengo a cantarte,
En esta noche serena, entregarte mi cariño,
Entregarte mi amor…,
He caminado cerros y punas,
Solo por verte mujer andina….”,

Luego este otro más melancólico y penetrante por los sentimientos que transmite  quienes los interpretaban con corazón que van al corazón:
”…. Hasta cuando paisanita,
He de sufrir tus enojos,
Sin merecer de tus ojos,
Una mirada amorosa,
Con gran pasión yo te amaba
Paisanita pretenciosa
Poco te importa mis penas…”

Finalmente,  se escuchaba cercana, las letras de esta vieja  melodía,  más aún conmovedora por su interpretación, en la voz melancólica del vocalista que con verdadero  sentimiento y profundidad evocaba alguna vivencia compartida con la amada ausente, al compas del marco musical ejecutada por el grupo de músicos en armonía magistral,  aquella noche plateada:
“…Acuérdate de mi,
Por más lejos me encuentre,
Llorando por ti,
Solo espero que vuelvas,
Si supieras lo que me pasa cuando sueño,
Con tu bella imagen,
Me despierto sobresaltado
Al no verte a mi lado yo lloro,
Yo no tengo la culpa de quererte así
Con el alma mi vida,
Fuiste tu misma la que llegaste
A mi lado cuando estaba solo
Y has tratado de abandonarme
Dejando mi corazón desecho….
…….
Por favor te pido
Que cuando me muera
Que de mi te acuerdes
Por el juramento
Hace mucho tiempo
Yo espero tu pronto retorno….”

A esas horas de la noche las cuerdas de las guitarras retumban en la quietud de la noche, el violín gime con dulzura; la voz del intérprete en eco melódico suavemente tiñe la noche callada.
Casi a la madrugada, el grupo de bohemios se instala debajo de la Torre del Campanario, sobre la piedra grande que a manera de sostén soportaba el peso de esta edificación colonial (hoy ya no existe), repiten con maestría los mismos versos entonado a lo lejos. Solían interpretar tres canciones o tres “paradas”, para luego retirarse a otra esquina,  justo cuando están por finalizar la canción, se abre la puerta de la casa de don Silvino Albornoz que da justamente a la torre, instante cuando  los músicos parten despavoridos en direcciones distintas, por que creen que el dueño de la casa o alguien sale para “llamarles la atención” o simplemente reconocerles para luego  ya de día quejarse por interrumpir sus dulces sueños, o en el peor de los casos echarles orines olorosos por osar interrumpir sus dulces sueños.
En esta ocasión lo que ocurría era lo contrario, la persona que salía era para invitarles pasar a la casa a todos los músicos por un pedido especial de una dama que descansaba, ella huésped por aquella noche.
El día anterior habían llegado a Pacllón tres personas: la hija, una señorita enferma acompañada por sus padres que venían desde  Huayllapa, recorriendo seis leguas en acémila, y se dirigían a Chiquián por el mismo medio que dista cinco leguas más de Pacllón, de aquí a Huaraz en carro, apresurados para el tratamiento de su quebrantada salud, haciendo un descanso en Pacllón, y justamente se hospedaron en la casa de la familia mencionada.
Nadie sabe la dolencia de aquella señorita, preocupación para sus atribulados padres que deseaban llegar pronto para la atención de un medico, aquella noche dichos viajeros no podían conciliar el sueño, cuando escucharon las melodías  de la música en la lejanía, luego casi en la puerta de la casa. Al escuchar la música, la señorita  imploraba ansiosa a sus padres:
-          ¡Padre, por favor que los músicos, sigan tocando o pídales que pasen a la casa!    
-          No conocemos, pero, voy solicitarles….  . -  responde el  padre.-  en plena oscuridad de la casa y se apresta  encender el lamparín a querosene en la habitación.
Los músicos están entonando la ultima parada, cuando uno de ellos observa que se enciende  la luz en la habitación cercana y apenas se abre la puerta, parten raudos a otra esquina, la persona que sale intenta alcanzarla, pero el grupo sigue su camino hasta llegar al otro extremo del pueblo, ahuyentado por ese impase.
Cuando retorna su padre a la casa, la señorita pregunta -  ¿porque no le invitan pasar a la casa?
-          Papá, al escuchar esa música mi cuerpo se siente mejor, te suplico ¿Porqué no nos quedamos en Pacllón?, sé que me aliviaría y puedo sanar mi dolencia con esa  música.
-          ¡Ahora ya me siento aliviada sólo por haberla escuchado! – retruca la señorita a su padre.
Mientras se entablaba esa discusión, ya iba rayando el alba, un poco más amanece.  Al rayar el alba los huéspedes ya emprendieron su viaje y nadie más supo de lo sucedido.
A los tres días, alguien vino trayendo la mala noticia que la señorita hospedada en la casa de don Silvino había fallecido en Chiquián, escuchó quejarse a sus padres durante el entierro:
-           ¿Por qué no obedecí a mi hija, me hubiera quedado en Pacllón?, ¡quizás viviría!,
-          Ella me repetía en el trayecto -  gemía de dolor sus padres.
-          ¡Retornemos a Pacllón! – me solicitaba -  ahora entiendo que mi alma esta dolida, la música de aquella noche es la cura que esperaba – se quejaban sus acongojados padres durante el sepelio.
La música alegra el alma y cura el dolor,  nos puede poner en actitud positiva o nos evoca épocas pasadas, pues trae a nuestra mente recuerdos que nos llenan de nostalgia, pero también tiene muchos otros beneficios que ayudan a aliviar diversos males físicos y emocionales. 

La musicoterapia es una terapia que se aplica desde hace muchos años, aunque en los últimos tiempos ha tomado un auge significativo, ya que sus múltiples ventajas ha sido profundamente estudiada y aplicada en personas de todas las edades para diferentes fines. 

Especialistas, que imparten  la terapia, afirman que cuando los pacientes tienen una enfermedad que les provoque dolor crónico, tienen sentimientos de tristeza, indefensión y sienten que todas las puertas se han cerrado, por ello la musicoterapia resulta un excelente antídoto contra esos males. 

“La música ayuda a mejorar la atención y concentración, por ejemplo, hacemos ejercicios con instrumentos de percusión y para ello los pacientes deben estar muy concentrados y atentos de que después de uno, el otro tiene que tocar, aunque parezca sencillo son ejercicios que tienen un gran impacto a nivel terapéutico”, explica un  psicólogo. 

Los pacientes pueden tocar instrumentos, aunque no es una clase definida para el aprendizaje, sino que los tocan como una forma de terapia, también cantan porque físicamente la vibración de las cuerdas vocales y los instrumentos de percusión mejoran las conexiones del cuerpo en cuanto al sistema nervioso. 

“El canto está asociado con un aumento en la producción de endorfinas que mejoran nuestro estado anímico, con el canto se trabaja además la dicción del paciente, que ayuda a determinar cómo se proyectan ante la gente, se busca mejorar lo que es conducta, emoción y pensamiento”, sostienen los terapeutas.
De saberlo los padres de esa señorita, quizás se habría restablecido quedándose en Pacllón escuchando su música y bellas canciones, románticas y ensoñadoras.
Por ello me vienen a la memoria recuerdos de infancia, recuerdo de aquellos años maravillosos, cuando mi madre me despertaba todas las mañanas tarareando canciones que en su voz, ya ajada por muchos años, sonaban hermosas por su dulzura y desbordante amor, canciones que rememoradas me retroceden a mi niñez y haciéndome sentir la nostalgia y la pesada carga de los años vividos (que no volverán).
Hoy, mientras viajo en la ciudad, escucho en mi MP3 o iPod, canciones que me hacen vibrar (y llorar), un dulce huayno que consigue que sienta como doña Salomina Gonzales, mi madre,  vuelva a la vida, que la imagine sentada  en el borde de mi cama intentando despertarme como hacia todos los días de todos los años de mi infancia.    
5.        ORIGEN DE LOS CARNAVALES  Y LA CULTURA ANDINA
Según las tradiciones, el carnaval es una celebración pública que tiene lugar  después del miércoles de ceniza en el mundo cristiano,  fecha de inicio (entre febrero y marzo según el año) de la Cuaresma o los 40 días previos al Domingo de Ramos,  ritual menos piadoso y más desenfrenado: El Carnaval.
El origen de su celebración parece probable de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5.000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio Romano, desde donde se expandió la costumbre por Europa, llegando a América traída por los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV.
La cultura andina es agrocéntrica en la medida en que sus relaciones sociales y económicas  están organizadas alrededor de la producción  agrícola. Este modo de producción entre los  campesinos del mundo andino ha desarrollado el conocimiento necesario del tiempo y el espacio.
La Pacha que es el tiempo-espacio, se conceptualiza no sólo como proceso histórico, sino fundamentalmente como la organización cíclica de períodos de producción entre la siembra y la cosecha. Estos periodos o ciclos de producción son guiados por: las estrellas, las constelaciones y los fenómenos naturales que aparecen en el territorio de producción.
El tiempo y espacio andino está ordenado bajo un calendario Luni-solar que antiguamente se dividía en trece meses, pero, hoy se divide en doce meses gregorianos. A pesar de esta adopción el modo de organización temporal no ha cambiado entre los campesinos agricultores. Los meses cuentan en función de las fiestas santorales y patronales que se presentan durante el año.
El calendario andino se ha dividido en tres épocas bien marcadas sexualmente. El tiempo de lluvias (tiempo femenino) conocido como Jallupacha, comienza en noviembre con la fiesta de los muertos y termina en carnavales. El tiempo de seco (masculino) llamado Awtipacha comienza en abril con la fiesta del 3 de mayo y termina en octubre con todos Santos. La época de Juipipacha o tiempo de invierno, es el taipi, entre el tiempo seco y lluvioso, y este tiempo se ubica entre junio y julio.
Las comunidades andinas han marcado cuatro rituales en el calendario agrícolas:
Calendario
Fiesta - ritual
Ciclo agrícola
Febrero
Pukllay
Primeros  frutos
Mayo
Fiesta de la cruz
Cosecha
Agosto
Rituales a la Pachamama
Siembra
Noviembre
Todos los Santos
Crecimiento

Cada uno de estos tiempos agrícolas para la cosmovisión andina es sacralizado por medio de la fiesta. La deidad central de esta sacralización es la Pachamama o Madre Tierra, a quien hay que festejar con cariño, para que el proceso productivo continúe todo el ciclo biológico.
La característica del carnaval,  va acompañado de juegos con agua, talco y serpentina y en algunas regiones, con danzas folklóricas y ritos cristianos o paganos. En los últimos años, se ha ido revalorizando el carnaval andino, siendo proclamadas 5 expresiones como patrimonio cultural de la nación: 
  • El Carnaval de Ayacucho (04 de diciembre de 2003).
  • El Carnaval de Santiago de Pupuja (Puno - 10 de setiembre de 2010).
  • El Carnaval de San Pablo (Cusco - 27 de setiembre de 2010).
  • El Carnaval de Abancay (Apurímac - 07 de marzo de 2011).
  • El Carnaval de Marco (Junín - 09 de marzo de 2011).
En el Perú se han hecho famosos los carnavales regionales como la de Cajamarca, Puno, Ayacucho, Huaraz  entre otras ciudades, imitando las fastuosidades del famoso carnaval de Rio de Janeiro en Brasil.
El hombre ‘andino’ existe con una racionalidad que mana como ‘filosofía’, cercana a su acepción primigenia occidental. Así, dentro de los rituales dialógicos con las distintas deidades (Pachamama, Mamaqucha, Tatainti, etc.) se establecen variedades conversacionales de acuerdo al espacio y tiempo históricos. Una de estas variedades conversacionales con nuestra Madre Santa, Tierra Pachamama, ocurre cuando la floresta domina el paisaje. Es, entonces, a diferencia de otras veces, el momento para dialogar con nuestra Madre Tierra de forma amena y de jolgorio. Esta forma dialógica se trasluce en juego de los carnavales.
6.        CARNAVALES EN LA CORDILLERA HUAYHUASH
Época de los carnavales en los pueblos de la Cordillera Huayhuash, siempre coinciden con la época lluviosa, para entonces los comuneros ya sembraron sus chacras con productos de pan llevar, en las sementeras  los maizales reverdecen los campos, las papas ya florean cubriendo de blanco y morado  las faldas de los cerros, para en mayo ingresar  a la cosecha,  luego sembrar los trigales, el andino como conocedor del proceso de rotación de la tierra para fines agrícolas, maximiza el uso adecuado y sustentable de la tierra cada año.
Muchos crianderos de ganado vacuno, por el lado oeste de esta hermosa cordillera, mayoritariamente en Jahuacocha, entre Gochacutan, Incahuayin, Rodeo y Wacrish, zonas que por esta época del año,  constantemente se cubren de nieve los cerros y llanuras, motiva la escases de los pastos para los animales, a su vez, esas intensas lluvias y las bajas temperaturas obligan a los crianderos cambiar de lugar  a sus animales, las reses preferentemente a las partes bajas, entre Wipagh, Jirkacorral, Quepum, Pasin, y lugares de clima templado, pero también lluviosos,  en cambio  los ovinos se mantienen en las punas de Turpa, Wanconga, Tuctu, Caracocha, Solin  y  estancias cercanas a la población. La naturaleza ordena el aprovechamiento adecuado de los recursos naturales, los comuneros y campesinos obedecen esta ley natural. Luego en mayo, cuando desaparece las lluvias y reverdecen de abundante pasto las faldas de los cerros, retornaran con mucho optimismo  a esos  territorios comunales. La actividad económica predominante son la  agropecuaria y ganadera, otro tipo de actividad  como la minera constantemente representa una amenaza para la supervivencia de estos pueblos originarios.
Durante los carnavales, en las estancias los crianderos se agrupan para estas celebraciones, ocasión  que es utilizada para señalar y poner marcas a sus animales, “señalakun”, ponerles cintas multicolores en las orejas, fiesta de agradecimiento a la Pachamama, por permitir  el incremento de sus ganados.
Cada temporada de carnavales, en Jahuacocha se congregaban los pastores en tres lugares distintos,  uno en Rodeopampa, que esta al ingreso del inmenso valle; otro en Inkawayin casi a la mitad de este valle, en las inmediaciones de la laguna Jahuacocha debajo de la catarata  Wacrish,   y el tercero al otro extremo de la laguna indicada, en Gochacutan,   debajo del Jirishanca, nevado cuyas paredes perpendiculares desafían a cualquier escalador que lo pretenda. Por el año 1954 en el Jirishanca, hubo un accidente aéreo donde perecieron todos los pasajeros y tripulantes al estrellarse en la cúspide de este pico nevado el avión TAM (Transportes Aéreos Militares) en un vuelo procedente de Iquitos a Lima, nunca rescataron  nada ni nadie hasta la fecha, hoy sólo se puede apreciar parte de los motores y porciones metálicos dispersos  en la cabecera de la laguna Solteracocha,  que por efectos  del descongelamiento de la nieve que viene sufriendo los glaciares andinos, como consecuencia del calentamiento global, se observa un retiro de la masa de nieve de más de 800  metros  del borde de la laguna, que por aquellos años cubría toda la cabecera de la mencionada laguna, aun flotaban témpanos en la superficie del agua.
En estas tres  estancias, entre pacllinos y llaminos confundidos se mezclaban en algarabía, cruzando el rio Achin de un lado a otro,  que recorre zigzagueante todo el valle de este a oeste, desde sus nacientes  de la laguna Jahuacocha,  motivados por estas celebraciones, hombres y mujeres se confundían practicando los carnavales, jugando con talco y serpentina, bailando y cantando al compas de la música, la choza más amplia era la sede  de las reuniones, la pachamanca plato predilecto por esta ocasión, abundaba la carne de carnero. El marco musical compuesto por sólo  guitarras  o arpa y dos violines venidos exclusivamente desde Pacllón, las vituallas y los tragos  debidamente provistas, cada invitado lleva lo propio, no había distingo de ninguna clase. Días enteros entregados al juego de los carnavales,  bailaban al compás de la música propia de esta ocasión, alrededor de la yunza: árbol plantado y adornado.
Como  yunza  un quinual (gengua) plantado exprofesamente,  debidamente ataviada con adornos,  plantada en el centro del patio o en el corral de ganado, cada quien con botella de licor en mano, danzan en circulo las tonadas propias de esta celebración, es una competencia masculino y femenino por el juego, todos tienen el rostro emblanquecido por el talco y el cuello adornados por las serpentinas multicolores, manchados sus vestiduras con globos llenados con tintes de colores, en coro evocan canciones bajo el marco musical,  plañideras canciones de pastores se repiten o huaynos de moda que todos corean al unísono:
Patito de la laguna de Jahuacocha,
Huachuita solitaria, sólo tú sabes
Donde esta mi amor,
Acaso el río Achin se lo llevo
Acaso la laguna se lo trago,

Paisanita pretenciosa
No me niegues tu cariño,
No me niegues tu amor,
Tu ingratitud los cóndores
Se lo llevaran por las alturas,
Tu ingratitud las vizcachas
Lo enterraran en sus cuevas….

El hacha o el machete va rotando de mano en mano, mientras el ánimo de los presentes por efectos del licor que beben, se elevan hasta el éxtasis. Estas celebraciones en ocasiones se desarrollaban simultáneamente, como también indistintamente en cualquiera de las estancias mencionadas. Los jóvenes disfrutaban ansiosos buscando “ambiente” en las estancias, para lo cual formaban grupos dispuestos a recorrer aún  las heladas y lluviosas noches, cruzar el río chimbando hasta por las noches,  el trajín de un lugar a otro los mantenían vigorosos y optimistas, aun con la ropa y poncho empapadas por la lluvia y los caminos anegados, la pretensión de cautivar el corazón de alguna señorita era mas fuerte que el propio frio de las noches, para amenguar llevaban consigo botellas de licor, solían considerar  para “el camino” .   

Los carnavales se repetían simultáneamente por  casi todas las estancias donde hubiera más de dos o tres crianderos, agrupados en sus chozas de paja, lo mismo ocurría en Turpa,  Huauyan,  Tuctu, Wanconga, Caracocha, Shupla  y otros lugares. En cada lugar no faltaba aunque sea un guitarrista que animara la fiesta. Los músicos por estas fechas son muy solicitados y en la zona existen para todo gusto. A falta de marco musical hasta sólo una armónica suple para amenizar las reuniones pequeñas, pero todos cantan en coro entre hombres y mujeres.

Finalizada las celebraciones de los carnavales en las estancias, todos retornan al pueblo entristecidos, pero con la satisfacción compartida en la puna con los crianderos y visitantes, preferentemente los músicos llevan consigo regalos y presentes a su retorno, sea un cordero, lana o queso, según la disponibilidad del anfitrión.
Propiamente en el pueblo de Pacllón,  se desarrollaba la celebración central de los carnavales, para lo cual  la Estandarte, como funcionaria,  voluntariamente se comprometía organizar  esta actividad  un año antes,  acompañada por cuatro o seis  mayoralas y  mayordomos, en pareja, es fiesta  del pueblo en general, superada sólo por las fiestas patronales de agosto en honor a San Bartolomé patrono del pueblo.
No hay fiesta sin músicos, en esta ocasión la orquesta conformada por violines, arpa, sordina y clarinete, o en el peor de los casos sólo violines y arpa, había años que se comprometían hasta dos estandartes. La población se apresta celebrar los carnavales. En el patio de la casa del funcionario se planta la “yunza”, totalmente ataviada de adornos: serpentina, regalos, frutas, entre otros objetos, el publico comparte con los juegos durante la fiesta, es natural caminar por calles y encontrar transeúntes con las caras pintadas y envueltos los cuellos con serpentinas.  
Las mayoralas vestidas apropiadamente  al estilo de estos pueblos, con monillas, llicllas en la espalda,  faldas y polleras multicolores, con sombreros de palma adornados alrededor de la copa con flores y cintas,  a su vez, en sus espaldares cuelgan vistosos “guaguas” hechas de harina como pan delicioso, frutas, serpentinas y presentes que sus parejas los mayordomos les regalaron, y  lo propio las mayoralas a estos, ellos llevan en la espalda abrigadoras bufandas, alforjas de colores, preciosos manteles bordados y presentes masculinas, tejidos o bordados por las mismas mayoralas, a la usanza del andino de esta zona, en pareja y en comparsa cantan al compas de la orquesta contratada para este fin.  Se  repite las danzas en torno a la yunza,  días enteros de jolgorio en el pueblo, chicos y grandes, hombres y mujeres toman parte de los carnavales hasta su finalización, es el antídoto para disipar las penas y las preocupaciones de los habitantes de estos pueblos circundantes a la Cordillera Huayhuash. Finaliza cuando la yunza es derribada por alguien, ese alguien se encargará de los carnavales el próximo año.
7.        COLOFON
De estudiante, cuando no funcionaba aún el nivel secundario en Pacllón, muchos jóvenes y adolescentes nos teníamos que trasladar a la capital de la provincia para continuar con la secundaria, pero también otros a la primaria y los mayores a la Normal, por aquellos años era común, los estudiantes organizados, cada cierto tiempo, preferentemente en las fiestas cívicas, como las celebraciones del día de la madre, 28 de julio, etc, retornábamos para presentar las “veladas”, desde aquellos tiempos muchos jóvenes ya tenían ciertas aptitudes histriónicas, artísticas y poéticas.  Solíamos trasladarnos los viernes en la noche desde Chiquián caminando en la oscuridad y a pie, para amanecer  en Pacllón y la tarde del sábado hacer las presentaciones de esas actividades culturales, previo campeonato de futbol y voleibol.  Las raíces culturales, musicales y artísticas, datan desde muchos años atrás en este pueblo y aún persisten. Sólo que por la década del 80, con la presencia del destacamento policial en el pueblo, se prohibió las serenatas y demás reuniones sociales, jóvenes de esa generación posiblemente muchos no conozcan esa particularidad de las vivencias pueblerinas, existe un vacío en el transcurrir cultural de este pueblo. 

8.        BIBLIOGRAFIA

- BERTONSO, LUDOVICO, 1993     TRANSCRIPCION DEL VOCABULARIO DE LA LENGUA AYMARA, LA PAZ, EDIC. RADIO  SAN GABRIEL.
- BOUSSE, CASSAGNE , 1988      LLUVIAS Y CENIZAS. BIBLIOTECA ANDINA. Edic. HISBOL. LA PAZ.
- CANCLINI, NÉSTOR GARCÍA, 1982  LAS CULTURAS POPULARES EN EL CAPITALISMO, México.
- CADORETTE. RAIMUNDO, 1978  PERSPECTIVAS MSTOLOGICAS DEL MUNDO AYMARA. En Revista del Instituto de

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