EN MEMORIA DE MI PADRE
VIRGINIO BERNABÉ GAMARRA
"LOS OBJETIVOS DEBEN CUMPLIRSE"
Ser padre es una de las experiencias más maravillosas que tiene un ser humano en la vida…
RESUMEN
Estimados y apreciados Familiares, Amigos y Paisanos:
Mi agradecimiento por sus saludos por el Día del Padre y reciban el mío recíprocamente; en esta ocasión quiero compartir con ustedes esta pequeña nota vivida personalmente durante mi infancia, cuando tenía 10 años, un “chiuchi”, al lado de mi señor padre Virginio Bernabé Gamarra (QPDQDG), producto de cuyas enseñanzas soy ahora, el mismo que quiero trasladar a mis queridos hijos y las generaciones venideras. La siguiente entrega no lo consideren como alguna obra literaria, tampoco se catalogue como ensayo o algo parecido, sólo pretendo describir esa experiencia y recoger ese mensaje transmitido de la mejor manera, con las disculpas del caso para Ud. amable lector entrego con mucho cariño.
Estimados y apreciados Familiares, Amigos y Paisanos:
Mi agradecimiento por sus saludos por el Día del Padre y reciban el mío recíprocamente; en esta ocasión quiero compartir con ustedes esta pequeña nota vivida personalmente durante mi infancia, cuando tenía 10 años, un “chiuchi”, al lado de mi señor padre Virginio Bernabé Gamarra (QPDQDG), producto de cuyas enseñanzas soy ahora, el mismo que quiero trasladar a mis queridos hijos y las generaciones venideras. La siguiente entrega no lo consideren como alguna obra literaria, tampoco se catalogue como ensayo o algo parecido, sólo pretendo describir esa experiencia y recoger ese mensaje transmitido de la mejor manera, con las disculpas del caso para Ud. amable lector entrego con mucho cariño.
LOS OBJETIVOS DEBEN CUMPLIRSE
Mi padre Virginio Bernabé Gamarra
“GRATAS VIVENCIAS EN EL CAÑÓN CORA”
Por: Florencio Bernabé Gonzales
Rarapunta, mayo 2009
1. INVIERNO EN PACLLÓN
Corrían los meses de febrero, crudo invierno aquel año, mi padre decidió trasladar su ganado vacuno desde Jahuacocha ubicada debajo del Yerupajá, su querencia natural, donde la intensa y permanente lluvia por esa época, hacían que los corrales hechos para encerrar los becerros ya no contaban con algún lugar seco, consecuencia de ello en las pequeñas pesuñas de estos animales se formaban llagas lacerantes, “izca” decían los crianderos, por el barro del piso y el intenso frio, por lo que sufrían estos animalitos; frente a ello la alternativa de mi padre como de costumbre, cada año por esta época era bajarlos hacia Wipagh, lugar cálido, de abundante pasto a la vez, dicho sea de paso también era la segunda querencia de su ganado vacuno, estas costumbres siguen practicándose en Pacllón hasta en la actualidad.
2. LA ESTANCIA DE WIPAGH
Ruinas de Rarapunta |
En esta zona he visto cosechar a mis padres, abundantes y multicolores papas, los famosos “quitipshus”, de corazón morado y rosado, las “jalgahuarmis”, y los de color amarillo y arenosos, dulces ocas y lustrosos y gigantes ollucos, sembríos de habas, quinua y cebada.
Mirador:Ruinas de Cutashpunta |
Se extiende los pastos hasta los límites del caserío de Tauripon perteneciente al Distrito de la Primavera, los lugares denominados Partegh, Cachipata encima de “Rara” y “Chinchupata” encima del río Pativilca, así mismo todo las ruinas de “Ragahj” otra zona arqueológica y “Agsahuarko”, lugar predilecto de don Anuncio Carrera, considerado como el “hombre más alto del pueblo”, su talla cercana a los dos metros; por las alturas limita con “Shupla”, origen del riachuelo “Aguashragra”, y por la parte baja “Rucuspata”, “Asiaghpuquio” y “Calta” en las profundidades del Cañón de Cora encima del Río Pativilca.
Ruinas de Ragahj |
2. RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE RARAPUNTA
Ruinas de Rarapunta - cara oriental |
3. CAMINO INCA PASA POR RARAPUNTA
Desde aquí se puede divisar hacia el sur – oeste, los diferentes pueblos como Ticllos, Corpanqui, Carhuajara, Cajamarquilla, Canis, Huanri y otros, y por el norte, como al frente los linderos de Chiquián, con las estancias de Papun y Pancal al otro lado del río; por debajo, aproximadamente a 2 Km. de estas ruinas pre-incas, se extiende sigsagyante cual serpiente plateado, recorriendo ese profundo cañón de “Cora”, cuyo eco retumba con claridad estas montañas, allá abajo el Río Pativilca, y mirando hacia el sur, continua su recorrido por esas profundidades, pasando cerca al pueblo de Llaclla hasta perderse en el horizonte lejano y dirigirse hacia la costa; es inaccesible llegar al río por cualquier otro sitio, de niño escuchaba que sólo por el lugar denominado “Pumasaltanan” era posible pasar a la otra orilla.
Es una vista impresionante recorrer el camino Inca, llamada por los lugareños como “camino grande” que se dirige de Pacllón a Wipagh, la misma que une a los pueblos de Llaclla, Gorgorillo, Tauripon y las chacras de Rara mencionadas, paralelo al río Pativilca, a su vez, es común por aquí observar el vuelo majestuoso de cóndores al recorrer estos lugares, tambien se constata en cada tramo de este camino los lugares denominados de Iglesiagahga, Jirkacorral, Pasin, Garguallanka, Condorwayin, y otros, también los nombres pintorescos en cada tramo, como “Algoarkanan” mirador de los perros, “Almatupuknan”, donde existen cuatro ventanas pegadas en el mismo cerro, a la que cada viajero tiene que aventar piedras pequeñas, si encaja, se quedará “soltero(a)”, “viudo(a)”, “casado(a)”, “divorciado(a)”, según su destino; “Shulumachay”, traducida como cueva del aborto, al pasar por esta cueva se escucha el eco del río con un sonido particular.
Wipagh - al fondo el Cañon de Cora y silueta del Río Pativilca |
4. VIAJE A LAS PROFUNDIDADES DEL CAÑON CORA
Aquella mañana, muy temprano, al rayar el alba, mi padre me levanta para acompañarlo; somnoliento y a regañadientes obedezco, como cualquier hijo obediente, común denominador de aquellos tiempos la crianza por los padres; sonámbulo y entre sueños, le sigo los pasos; pero, antes de partir mi madre Salomina Gonzales Ibarra le recuerda a mi padre.- “…guambransi lichilanpish upyarkusun, jukla ghanarkamsha, malgananmi, kamsalampish bolsikursun ….”.- mi padre, muy puntual y con el rigor que le era propio le contesta - “mejor prepara el desayuno para cuando regresemos, volveremos rápido, se nos hace tarde, mejor vamos ya temprano no más…” , - y partimos rumbo a Calta.
Así emprendimos la caminata por el “camino grande”, como quien regresa a Pacllón, “faldeando” un camino llano hasta llegar al riachuelo de Aguashraghra, mi somnolencia desaparece totalmente al escuchar el eco de estas aguas bulliciosas al recorrer las innumerables cataratas hasta desembocar abajo en el Rio Pativilca, en época de invierno abunda sus aguas, retumba intensamente los cerros al recorrer esas quebradas profundas y empinadas; desde aquí descendimos hasta Rucuspta, por una especie de camino, pero más parecía que fueron hechas por las vacas.
Descendemos rápidamente, especialmente para mi ágil cuerpo de niño, saltando y cortando tramos, en ocasiones le ganaba a mi padre que bajaba muy lentamente a un solo paso, pero seguro; transcurridos media hora llegamos a Mollepata, pequeña plataforma, una especie de anden, al lado de la quebrada por donde desciende las aguas del Aguashragra, donde posteriormente mi padre haría otro corral para su ganado, cercano a la zona de Asiagpuquio, a partir de este punto, el camino se borra completamente, tenemos que seguir por los senderos hechos por las vacas, continuamos descendiendo; pero yo, exactamente no sabia los propósitos de mi padre, no podía leer su pensamiento, si era sólo ver a las vacas, preferentemente las preñadas, u otros objetivos relacionadas con la crianza de estos animales, sólo atinó decirme antes de partir “vamos ver las vacas y regresamos rápido para tomar desayuno”
"Umancuy" - cactus que abunda en la zona |
5. AVISTANDO GUARIDAS DE PUMAS Y CÓNDORES
Luego de la búsqueda por los bosques de alisos, recovecos, hoyadas, entre pitajayas, vizcaínas y otras espinas, están las vacas en grupos diseminados por diferentes lugares en grupos, pero no aparecen las vacas que buscaba mi padre, de tanto recorrer logramos ubicar un total de diez vacas preñadas cuando ya eran media mañana, mi padre da una mirada exhaustiva a cada una de ellas y lo va separando, y decide que cinco de esas vacas debemos llevar al corral, para mi desde el primer momento de esa decisión, me causa asombro y me parece irrealizable, por la distancia que tenia que recorrerse de regreso, el hambre y la sed que sentía a esa hora de la mañana me agobiaba, no tenía siquiera un grano de cancha en mi bolsillo, rebuscaba por los arbustos algún fruto comestible, las pitajayas que abundan por estos lugares me era difícil por las espinas, por el trajín del viaje no me era posible llevar algún bocado para disimular mi apetito y sed mañanero de niño.
Nuestro retorno desde esas profundidades, se hace lenta y difícil arreando las cinco vacas preñadas seleccionadas, estas a su vez no quieren salir de su querencia, constantemente regresan, cada vez se hace difícil apartarla de sus castas, acostumbras por el abundante pasto, me tengo que multiplicar, saltando los arbustos de rato en rato, los “tientos” de mis “llanques”, cintas de jebe, cortados y colocados magistralmente a la medida de mis pies sobre la llanta reciclado de algún automóvil con cocadas desgastadas, constantemente se rompen. Tengo que improvisarlo a cada rotura, de lo contrario las espinas de las gualankas se me incrustan, el dolor es pasajero, pero corro para allá, corro para acá y corro para abajo, mis fuerzas cada vez desfallecen, pero no demuestro ningún signo de debilidad delante de mi padre, él hace lo propio, pero su fortaleza me quintuplica, también veo que corre y baja constantemente tras las vacas por el lado que le corresponde.
6. INGRESANDO A LA ENMARAÑADA ASIAGHPUQUIO
Por fin salimos cuando el sol llegaba al medio día, la temperatura del clima en esta quebrada es alta, para dirigirnos por el caminito hacia Asiaghpuquio en nuestra ruta de regreso, la sed me agobia aún más, la que es calmada al pasar el riachuelo, pero el hambre no; mis pequeñas fuerzas cada vez me abandonan, mis tientos están recontra cortos, me ajustan los pies, se parecen hinchados, mi pantalón y mi chaqueta deshilachados en distintas partes producto de los roces con arbustos y espinas al pasar abruptamente por perseguir a las vacas, mi pequeño poncho la llevaba amarrado a mi cintura.
Flor del guaromo |
Cuando ya los pajaritos cantaban en coro para dormir, en los bordes del camino escuchaba el clásico e inconfundible canto de los perdices que al amanecer y al atardecer suelen emitir esos cantos, al fin llegamos al “camino grande”, totalmente desfallecientes y agotados, yo sujetándome de la cola de una de las vacas, con mis manos sin fuerzas, seguía en fila india, me arrastraba por inercia, mi padre igual detrás mío, también con el semblante cansado y agotado, hambrientos y sedientos nos dejábamos arrastrar por las vacas.
7. FELIZ RETORNO A LA CABAÑA
Llegamos a nuestra cabaña de Wipagh, cuando la sombra de la noche se asomaba temerariamente, grande fue la sorpresa de mi madre que corrió al vernos a nuestro encuentro, me abrazo tiernamente y me beso, luego le dio una mirada de alegría a mi padre, pero al mismo tiempo le reprochó por tanta demora en el retorno, manifestandole que nuestra ausencia todo el día le preocupó mucho, suponiendo que algo grave nos había ocurrido, en estos parajes Calta abundan los pumas, cóndores, zorros y serpientes; algunos años despues en esta zona Ermenegildo Rosario conocido cazador del pueblo, mató un puma grande y lo llevó al pueblo para vender su carne; mi madre le increpó por la osadía de haberme tenido de hambre en toda la jornada, mi padre no contesto ninguna palabra; llegamos al corral con las cinco vacas.
Inmediatamente mi madre sirvió la cena, me faltaba manos para devorar todo lo servido, desayuno, almuerzo y merienda al mismo tiempo, apenas terminé el plato, me quedé dormido en el regazo de mi madre, entre sueños escuchaba lo que narraba mi padre nuestras peripecias con lujo de detalles: la búsqueda de las vacas, la subida de Calta, las dificultades en lo enmarañado de Asiagpuqio, naturalmente mi padre completó su jornada esa noche encerrándolas en un corral seguro para que no se escapen.
Mi madre Salomina Gonzales en Rarapunta |
8. LA VIDA DE OPULENCIA FAMILIAR SOLO COMO PRODUCTO DE ALTA RESPONSABILIDAD
Si se hubiera dejado influenciar por mi situación coyuntural, superponiendo a los sagrados intereses de la familia, no hubiera logrado su objetivo. Mi padre, evaluó mi fortaleza y lo puso a prueba, tomó esa decisión porque estaba seguro que era capaz de asumir y responder ese reto desde niño.
Siempre en mi familia lo principal era la alimentación, por esos tiempos común denominador en el pueblo. Pacllón se caracterizaba por aquellos años de contar con mucha riqueza alimentaria, abundancia de legumbres, tubérculos, granos, maíz, oca, quinua, etc., era natural que en cada casa toda la sala estaba adornada por las “wayuncas” multicolores mazorcas de maíz colgando, y alrededor de la sala costales de trigo y cebada, habas, fréjoles, arbejas, etc., y en los “altillos”, rumas de papas clasificadas según tamaño y tipo , ocas, ollucos, a su vez en las “guayrankas”, sabrosos quesos, añejos y frescos, charquis en los terrados; cada familia contaba con un huerto, donde sembraban hortalizas, cebollas chinas y yerbas aromáticas, al igual que rocotos de varios colores; los comuneros cosechaban maíz de las chacras de alrededores del pueblo, y desde Rucmis y de Rara, a nadie le faltaba esos productos agrícolas en casa; las papas, ocas y ollucos cada comunero cosechaba por docenas de sacos de Liriopampa, Huauyan, Mata y otros terrenos comunales, los trigales, cebadas y habas de Huanka, Sikla, Tacra, Majakpatay y otros lugares de sembríos tanto secanos y de regadíos, es decir la alimentación estaba asegurada y con creces, épocas de abundancia y añoranza.
Mi hermana "Pecha" y mi madre |
9. MIS REFLEXIONES FINALES
Esos cortos momentos quedaron en mi memoria, como el más preciado regalo del recuerdo de mi padre, aun puedo percibir su risa, hasta sus vanos intentos de enseñarme ser gañan en los sembradíos de trigales, aprender colocar los herrajes a los caballos antes de salir de viaje, como sinónimo de organización previa.
Las cosas materiales que me dejo se fueron esfumando con el tiempo, pero lo único perdurable a través del tiempo fueron esos pequeños instantes de charla y dedicación que me dio, aunque su trabajo en el campo no me permitía verlo durante algunos días cuando asistía a la escuela o se iba de viaje, puedo reconocer aquellos momentos como los mejores recuerdos que un padre puede dejar.
En la actualidad al ir creciendo tecnológicamente, hemos ido relegando aquellos aspectos íntimos en la relación de padres a hijos, la carga familiar, el trabajo, los estudios, han dejado mella decreciendo el contacto personal que todo padre debe tener con sus hijos.
Hoy es sorprendente como las cosas materiales van colocándose muy por encima de los valores humanos en nuestra sociedad, aún en la zona rural, aunque todavía hay familias que mantienen estos principios, gracias a ellas aun podemos mantener viva la esperanza de un mañana mejor.
En este día del padre, hagamos una reflexión sobre el rol de ser padre, no es solamente el ente generador del financiamiento del hogar ni el individuo que da las pautas enérgicas en el hogar, mucho menos el hombre frio que debe guardarse de toda sensibilidad creyendo erróneamente que perdería autoridad.
Aun con todos los errores o actitudes negativas que algunos padres puedan tener, promovamos la conciencia de la paternidad responsable, con la confianza de algún día llegue a ellos la luz del entendimiento por el valor de su papel en nuestra sociedad.
Rescatemos al padre como ser humano cuyo afecto es también importante para inculcar en sus hijos principios y valores que harán de estos una generación más justa y solidaria.
Saludemos al padre que lucha cada día desde los niveles más altos de nuestra jerarquía, hasta aquel humilde trabajador que se sobrepone al cansancio y al infortunio, para dar bienestar a su familia.
Por aquellos padres que esperan la llegada de sus hijos, por los padres que se olvidaron de ellos, pero podemos mantener la llama del perdón y la reconciliación, así también por aquellos hombres que sin ser padres asumieron este rol con valentía, amor y dedicación.
Afectuosamente
Jawuacholo
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Además, esta poesía que adjunto a reglón seguido
MI PADRE
Por: Juan de Dios Peza
Yo tengo en el hogar un
soberano
único a quien venera el alma mía;
es su corona de cabello cano,
la honra es su ley y la virtud su guía.
En lentas horas de
miseria y duelo,
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fe con que me habló del cielo
en las horas primeras de mi infancia.
La amarga proscripción
y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida;
en su alma abrieron incurable herida;
es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida.
Ve del mundo las fieras
tempestades,
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como Cristo el Tiberíades,
de pie sobre las horas encrespadas.
Seca su llanto, calla
sus dolores,
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.
Me ha dicho: «A quien
es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al más ligero soplo se deshoja.
»Haz el bien sin temer
el sacrificio,
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.
»Si eres pobre,
confórmate y sé bueno;
si eres rico, protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado.
»Ama la libertad, libre
es el hombre
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia.»
Este código augusto, en
mi alma pudo,
desde que lo escuché quedar grabado;
desde que lo escuché quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.
Mi padre tiene en su
mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!
La nobleza del alma es
su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria;
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.
Siendo el culto de mi
alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.
Quisiera el cielo que
el canto que me inspira
siempre sus ojos con amor lo vean,
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
estos dignos de su nombre sean.
¡FELIZ DÍA DEL PADRE AMIGOS!
Jawuacholo
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