viernes, 4 de noviembre de 2016

TUPAC AMARU AUN VIVE


Túpac Amaru y la gesta de la Independencia Americana




El 4 de noviembre de 1780, se inicio la primera revolución continental en el mundo, con Tupac Amaru cambio la historia mundial, movilizo millones de tawantinsuyanos para expulsar de América  a los europeos ladrones y criminales, por este motivo Tupac Amaru  fue descuartizado en el Cusco por estos forajidos. Su ejemplo de revolucionario  continental  sirvió para la gesta de la Revolución Francesa y otras revoluciones, y posteriormente las guerras de independencia  de América. El proyecto de de Tupac Amaru para rescatar la patria grande esta vigente hoy mas que nunca. La juventud actual tiene la delicada misión histórica de continuar el rescate de la patria grande. Frente a los hechos de Tupac Amaru debemos reflexionar  el ejemplo dejado no fue envano. Aun arrastramos graves problemas de subyugacion económica y social por mas de 500 años. Iniciemos proponiendo una nueva Constitución, democraticemos nuestras instituciones tutelares. Así lograremos disfrutar de nuestros recursos naturales.


Hace doscientos treinta y seis años un grito revolucionario se esparció por la América colonial desde el ande. José Gabriel Condorcanqui, un indio noble y adinerado, dedicado al comercio, fue el líder que encabezara la mayor rebelión independentista en el virreinato del Perú, el primero en pedir libertad para toda la América, reconocido como el fundador de la identidad nacional peruana, figura capital en el régimen velasquista e icono del imaginario popular reivindicado: "Él representa la lucha del poblador cusqueño, -señala el historiador Víctor Angles Vargas- así que este no es un día de duelo, por el contrario, un día como hoy se sientan las bases para la epopeya máxima de nuestra historia: la lucha por la independencia".

Aquella rebelión de los indios del Cusco y todo el altiplano de Bolivia y el norte argentino, fue masacrada, pero dio un vigoroso impulso a la corriente emancipadora que abarcó poco después a todo el continente. El cuerpo del líder fue descuartizado, su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cusco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en Livitaca y Santa Rosa. Sin embargo, a pesar de la ejecución de Túpac Amaru II y de su familia, los españoles no lograron sofocar la rebelión, que continuó acaudillada por su medio hermano Diego Cristóbal Túpac Amaru, al tiempo que se extendía por el altiplano boliviano, la región de Jujuy y en el noroeste argentino.

La fama de Túpac Amaru II se extendió de tal forma que incluso los indios sublevados en el llano de Casanare, Virreinato de Nueva Granada en la actual Colombia le proclamaron rey de América. Las posteriores rebeliones criollas invocaron el nombre de Túpac Amaru II para obtener el apoyo de los indios. Actualmente su nombre y figura es acogida por los movimientos indigenistas andinos así como movimientos de izquierda política. El gobierno militarista de Juan Velasco Alvarado enarboló la imagen de Túpac Amaru como símbolo del gobierno de las Fuerzas Armadas que él encabezaba. Asimismo, esta legendaria figura fue utilizada por el grupo "Movimiento Revolucionario Túpac Amaru" que operó en el país 1985 hasta 1997 y por los Tupamaros, un grupo insurgente de Uruguay, que formaron parte del Movimiento de Liberación Nacional.

La figura de Túpac Amaru sigue vigente y recorriendo el continente americano perennizada en las frases del famoso canto de Alejandro Romualdo: "Lo pondrán en el centro de la plaza, boca arriba, mirando al infinito. Le amarrarán los miembros. A la mala tirarán: ¡Y no podrán matarlo!" (al final el canto completo).

Túpac Amaru II
1738-1781

Biografía

1738: (19 de marzo) Nació en Surimana, con el nombre de José Gabriel Condorcanqui.
1748: Inició sus estudios en el colegio San Francisco de Borja.
1760: (25 de mayo) Se casó con doña Micaela Bastidas, con quien tuvo tres hijos.
1766: Reclamó y obtuvo el reconocimiento de cacique.
1778: Realizó un segundo viaje a Lima para entrevistarse con las autoridades virreinales.
1780: (4 de noviembre) Túpac Amaru II inicia en Tinta (Cusco) su heroica gesta libertaria. (16 de noviembre) Túpac Amaru II pide la abolición de la esclavitud de los negros. (18 de noviembre) Las tropas de Túpac Amaru II ganan a las realistas en la batalla de Sangarará.
1781: (10 de enero) En Tungasuca, Túpac Amaru II sufre una primera derrota. (6 de abril) Se produce la segunda derrota de Túpac Amaru II y su consiguiente apresamiento. (18 de mayo) Túpac Amaru II es salvajemente ejecutado.

Los orígenes de José Gabriel Condorcanqui

La insurrección más notable en esos tiempos es la que encabezó un indio cusqueño: José Gabriel Condorcanqui, quien se convirtió en el adalid de la independencia americana. Era descendiente directo de la nobleza cusqueña y de los incas de Vilcabamba. José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru nació el 19 de marzo de 1738 en Surimana, perteneciente a la provincia cusqueña de Tinta. Sus padres fueron Miguel Condorcanqui, gobernador de Surimana, y Rosa Noguera Valenzuela. Era descendiente directo de doña Juana Pilcowaco, hija de Túpac Amaru, el último de los Incas de Vilcabamba y que había sido ajusticiado por los españoles en el año 1572.
La madre de José Gabriel murió a la edad de 30 años y fue enterrada en Surimana. Tenía un hermano mayor llamado Clemente Condorcanqui Noguera, quien también falleció al poco tiempo. Su padre se casó en segundas nupcias con doña Ventura Mojarras, criolla afincada en el pueblo de Tinta, con quien tuvo un hijo llamado Juan Bautista.
José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru, desde muy niño heredó los curacazgos (los españoles los llamaban cacicazgos, por la trasposición del nombre caribeño cacique -jefe de comunidad o indio principal-) de Pampamarca, Tungasuca y Surimana. También heredó la ideología de sus predecesores y se hizo llamar Túpac Amaru II.

Educación y situación socioeconómica del gran curaca

José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, fue educado en las costumbres de sus ancestros por sus tíos, quienes desempeñaron las labores de tutoría al morir su madre y al formar su padre una familia aparte. Como hijo de nobles incas, estudió en el Colegio de Caciques de San Francisco de Borja, una de las pocas instituciones educacionales que daba acceso a los indios de abolengo. Los comunes no tenían ese derecho y los indios de abolengo no podían entrar en los colegios mayores y universidades dedicados únicamente a los españoles e hijos de ellos o criollos. José Gabriel era alumno distinguido, muy inteligente y perspicaz y llegó a dominar todas las materias que se enseñaban en aquel entonces, inclusive el latín. Se dice que en uno de sus viajes a Lima por asuntos judiciales no tuvo reparo en asistir a algunas clases de Artes en la Universidad de San Marcos. Se convirtió, pues, en indio leído y culto para el gusto de los conquistadores; pero, enterado y humanista, para esperanza de los conquistados

Una noble india de Pampamarca conquistó a José Gabriel
 
El 25 de mayo de 1760 se casó Túpac Amaru II con la noble india Micaela Bastidas Puyucawa, con quien tuvo tres hijos: Hipólito (1761, nacido en Surimana), Mariano (1762, nacido en Tungasuca) y Fernando (1768, nacido en Tungasuca). Micaela era oriunda de Pampamarca y había nacido en 1745. Era seis años menor que su esposo y cuando se casó con él frisaba sólo 15 años. Era una “mujer notable por su hermosura”, hija de la india doña Josefa Puyucawa y del negro don Manuel Bastidas. El matrimonio se realizó en Surimana en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación. El cura Antonio López de Sosa bautizó a todos los hijos de Túpac Amaru II. Micaela y los parientes del curaca o cacique le decían “Chepe”, abreviatura de Jusephe. El apelativo de Micaela era “Micaco” o “Mica”, diminutivo de Micaela.

Un reclamo justo y su recompensa

En el año 1766 reclamó ante las autoridades coloniales el reconocimiento oficial como descendiente de Túpac Amaru y, por consiguiente, su título de cacique o indio noble. Ante las evidencias exigidas, los españoles tuvieron que acceder a su petición y como recompensa recibió 70 mulas. A partir de ese momento fue llamado Túpac Amaru II, pero despectivamente por los españoles como “arriero”. También dio inicio al negocio de transporte de mercancías por toda la zona del sur del Perú hasta el Alto Perú.

José Gabriel Condorcanqui era un hombre muy rico

Túpac Amaru II era un hombre muy activo en los negocios por tanto era rico. 1. Explotaba las tierras de cultivo de su cacicazgo. 2. Además, se dedicaba al comercio. Compraba coca, herramientas y alimentos para trasladarlos a las minas de Potosí y venderlos a los mineros. 3. Adquiría, a su vez, telas y diversa artesanía y los transportaba a Lima. 4. En el trayecto, hacía escalas de comercialización local. 5. Para esta lucrativa actividad, llegó a tener una recua de trescientas cincuenta mulas; demostración, en ese tiempo, del poderío económico de quien lo poseía. Por tal razón, Túpac Amaru II, podría haberse dedicado a disfrutar de todos las comodidades de su poder económico y social, pero su destino era otro porque sus ideales eran contrarios al colonialismo.

Túpac Amaru II y el abuso que se cometía contra los indios
Durante las ausencias de sus cacicazgos, en las que Túpac Amaru II se dedicaba a recorrer yungas y punas observaba, analizaba y sufría por los abusos cometidos por los chapetones contra sus congéneres. Los indios eran considerados y tratados como una raza marginal. Se hallaban en la base de la pirámide socioeconómica. Habían sido despojados de sus mejores tierras por los corregidores, quienes, al mismo tiempo, los tenían de siervos o vasallos. Con ellos se implantó en América del Sur los moldes del decadente sistema feudal europeo.

La fuerte carga económica que soportaban los indios

A esta desposeída clase social, se la castigaba con otras cargas expoliatorias. 1. Todos los adultos o jefes de familia estaban obligados a pagar tributo a la Caja Real. 2. Dicho impuesto lo recogía el encomendero, quien lo entregaba al corregidor o jefe provincial. 3. Éste hacía llegar lo recaudado a las cajas reales de las cabeceras de región; los que, a su vez, lo enviaban a Lima. 4. El virrey hacía quedar lo indispensable para los gastos de la burocracia y el resto lo enviaba a España, a la Caja Real de Madrid. Cuando los indios no podían pagar los tributos se les quitaba sus escasos bienes o se los castigaba con el flagelamiento, otros eran enviados a la prisión.

Los mitayos: parias sin presente ni futuro

Todos los indios, desde los 18 años, formaban parte del ejército de los mitayos, aquellos que tenían que trabajar en las mitas mineras, la manera más cruel de explotación colonialista. La mita consistía en trasladarse, generalmente llevados por la fuerza, luego de los reclutamientos de rigor, a las minas donde se les daba poca paga y laboraban de catorce a dieciocho horas diarias. La mayor parte de los mitayos ya no regresaban a sus lugares de origen, menos al seno de sus familias.

Las infructuosas gestiones de Túpac Amaru II

Túpac Amaru II se condolía de todo aquello y sufría en carne propia el dolor de su raza; por lo que se impuso el deber de defenderla. Con dicho objeto, viaja a Lima entre los años 1776 y 1778. Se entrevistó con las autoridades coloniales, entre ellas con los oidores de la Real Audiencia y conos "protectores de los naturales". Como en esa fecha, el corregimiento de Potosí, perteneciente a la Intendencia de Charcas, del Alto Perú, había pasado al Virreinato de Río de la Plata, pretendió convencer a los funcionarios del Virreinato del Perú que ya no tenían obligación de enviar a los mitayos a dichas minas. Vano intento, porque para ellos aquello era un pingüe negocio.

Túpac Amaru II decide utilizar la insurrección armada

Desengañado de los chapetones, Túpac Amaru II decide preparar la insurrección armada en 1778. Hace los contactos necesarios con otros caciques libertarios, entre ellos con el de Chayanta, Tomás Katari, Julían Apaza (el futuro Tú- pac Katari), etc. Compra unas cuantas armas y difunde la idea de liberar el Perú para convertirla en reino, tal como fue en el pasado. Y..., espera la ocasión de iniciarla.

La revolución tupacamarista se inicia en Tinta

En Tinta, pintoresco pueblo serrano, se celebraba una festividad en homenaje a la Corona española. Allí se encontraba el corregidor Antonio de Arriaga, hombre abusivo y prepotente. El 4 de noviembre de 1780, los indios, dirigidos por Túpac Amaru II lo apresan, lo enjuician sumariamente y lo decapitan el 9 de noviembre. La iniciada revolución se expande por los Andes, el grito de libertad suena estentóreo y la indiada busca al líder, ofrece sus servicios y se une a su ejército. Túpac Amaru II llega a tener más de cuarenta mil hombres, la mayor parte armados con picos, palas y palos, pero dispuestos al sublime sacrificio en procura de la libertad.

Las tropas libertarias emprenden un victorioso avance

El 16 de noviembre, Túpac Amaru II pidió la abolición de la esclavitud. El 18 de noviembre, Túpac Amaru II se enfrenta a las tropas realistas dirigidas por Tiburcio Landa y las vence en la batalla de Sangarará. Luego, se dirige al Cusco, la ciudad sagrada de sus mayores. Miles de indios tupacamaristas rodean la ciudad imperial. El jefe revolucionario insta a que los españoles se rindan. Estos resisten. Tú- pac Amaru II no está dispuesto a entrar a "sangre y fuego", porque no quiere destruir aquello que con mucho afán construyeron los incas. Sería mostrarse irrespetuoso con ellos y con la historia. Por eso, se retiró al sur, a Puno, haciendo propaganda de su causa y ganando adeptos a cada paso.

Las proclamas de Túpac Amaru II y la reacción virreinal

Entre las proclamas difundidas por Túpac Amaru II se hallan todas las reivindicaciones de su raza; las firma como rey de ellos; incluso da un decreto aboliendo la esclavitud de los negros. Entre tanto, el virrey Agustín de Jáuregui (1780-1784; trigésimo tercer virrey), en Lima, reacciona y envía al Cusco un refuerzo de siete mil hombres bien armados al mando del visitador Antonio de Areche.

Las tropas realistas sorprenden a Túpac Amaru II y lo derrotan

Túpac Amaru II, que se movilizaba por el Alto Perú, retorna al Cusco para asediarla y posesionarse de ella. En ese trance, se encuentra con las tropas realistas y se producen las batallas de Tungasuca (10 de enero de 1781) y de Tinta (el 6 de abril de 1781), siendo derrotados los insurgentes. El líder indígena logra huir, pero, por traición de un mestizo (su compadre, esposo de Tomasa Tito de Condemayta, que pretendía casar su hija con un oficial realista), es apresado en Langui, llevado ante Areche y conducido al Cusco.

La llegada al Cusco y la tortura de sus parientes

Túpac Amaru II es conducido por las calles del Cusco maniatado y ensangrentado, casi a rastros. Lo mismo ocurre con Micaela Bastidas y sus hijos. Al líder indígena se le enjuicia inmediatamente y se decreta su ejecución, así como la de su esposa. El 18 de mayo de 1781, en la plaza de Huacaypata ("sitio del llanto"), primero, el verdugo dio muerte a su tio Francisco seguidamente a su hijo Hipólito y luego a Micaela.

La cruel y salvaje muerte de Túpac Amaru II

 
En ese espectáculo sangriento, le tocó el turno a Túpac Amaru II. Varios soldados españoles ataron sus pies y manos con gruesas sogas, las que fueron amarradas en su otro extremo a las sillas de cuatro briosos caballos. A la orden de los jinetes los caballos parten a cuatro lados opuestos. Túpac Amaru II es levantado en vilo, pero no lo pueden descuartizar. Repiten varias veces el intento de destrozarlo, pero no pueden. Rendido por la fortaleza física del indio, el visitador Areche ordena que se le degüelle. En efecto, así se hizo. Sus restos fueron mutilados y exhibidos por varios días en el Cusco y en los pueblos aledaños. Luego, quemaron su cadáver y sus cenizas fueron esparcidas para que de él no se tenga memoria.

El curaca no murió en vano

“Pero el curaca que se había levantado en busca de justicia no murió vanamente. Los corregidores y sus repartimientos fueron suprimidos, como él pedía, y en su lugar se estableció el régimen de las intendencias. La creación de la Audiencia del Cusco, otro de los postulados de la rebelión, se hizo realidad años después” (Jorge Gonzales Aguirre).

Canto coral a Túpac Amaru que es libertad


Lo harán volar
con dinamita. En masa,
lo cargarán, lo arrastrarán. A golpes
le llenarán de pólvora la boca.
Lo volarán:
¡y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza. Arrancarán
sus deseos, sus dientes y sus gritos.
Lo patearán a toda furia. Luego
lo sangrarán:
¡y no podrán matarlo!

Cortarán con sangre su cabeza;
sus pómulos con golpes. Y con clavos
sus costillas. Le harán morder el polvo.
Lo golpearán:
¡y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos.
Querrán descuartizarlo, grito a grito.
Lo escupirán. Y a golpe de matanza
los clavarán:
¡y no podrán matarlo!

Lo pondrán en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Le amarrarán los miembros. A la mala tirarán:
¡y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo
Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Al tercer día de los sufrimientos,
cuando se crea todo consumado,
gritando ¡LIBERTAD! sobre la tierra
ha de volver.
Y no podrán matarlo.

 (ALEJANDRO ROMUALDO)


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